El equipo de 'Camino a casa' se ha trasladado hasta Lugo para que Albert Espinosa pueda acompañar a Luis Tosar (51 años). Su recorrido parecía de ficción, una muralla que invitaba a soñar. En su carpeta había fotografías de iconos de la época como Michael Jackson, quien, para él, siempre fue un referente musical. Recuerda su infancia como una etapa llena de alegría. aunque hubiera momentos tan complicados como el día que le atracó 'El torete'. "No he sido más feliz que en el colegio", ha confesado. El cambio de centro educativo, con el salto de EGB a BUP, fue más complicado.
Eran varios los compañeros de clase que vivían en la misma zona, y juntos volvían a casa. Espinosa quiso saber si alguna vez le habían atracado. "Alguna vez", le responde. "Uno que le decían 'El torete'. Luego ya empezamos a intentar hacernos un poco amigos porque el mundo del break dance le llamaba la atención", ha explicado el actor de películas como 'Celda 211' o 'Mientras duermes'.
Gracias al baile, consiguió que su atracador se convirtiera en su amigo, evitando así que tuvieran cualquier otro de percance. "Pero me moría de miedo, estaba aterrorizado", cuenta Luis Tosar. Sin embargo, asegura que no lo percibió como algo traumático: "Lo vivía como el día a día, que igual venía 'El torete' y te sacaba las pesetillas que llevabas".
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Atresmedia
La etapa que sí fue "traumática" para él corresponde al cambio de centro escolar. Tras finalizar sus estudios de EGB, Tosar se trasladó a un instituto para cursar el BUP, lo que correspondería actualmente con 3º de la ESO: "En mi caso, fue traumático. El único compañero de Maristas que vino conmigo fue José Luis (su mejor amigo del colegio), pero se echó de novia a Mónica. No es que le perdiera de vista, pero no le veía básicamente".
El año más difícil de Luis Tosar
La ausencia de José Luis, fallecido a los 30 años a causa de un cáncer, y las pocas amistades que tenía en el nuevo instituto provocaron que Luis Tosar se convirtiera en un adolescente "arisco" o lo que él mismo ha denominado como un "rebelde sin causa". "Al estar más desconectado de José Luis y no conocer a nadie aquí, no tenía amigos. Me hice muy arisco, muy solitario. Fue bastante traumático, era un rebelde sin causa", ha confesado ante 'Espi'.
Le costó hacer nuevos amigos. "Llegaba el viernes y me iba a dar una vuelta entera en la ciudad solo por no estar parado en mi casa, comiéndome la cabeza", ha relatado. Puede que esta dificultad para entablar nuevas relaciones tuviera que ver con el carácter que había desarrollado. "Era un tipo muy arisco", ha insistido. "Fuimos la primera promoción masculina, antes era un instituto femenino. Aquí estudiaba mi hermana. Eran como 2.000 niñas y, de repente, entramos 50 chavales", ha añadido.
Espinosa ha querido saber si ese podría haber sido el año más difícil de toda su adolescencia. "Probablemente, sí", ha respondido tras unos instantes pensativo. "Además, es que no sabía muy bien qué hacer con mi vida. Estaba completamente vacío y me despisté mucho".
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Luis Tosar, envuelto en una persecución policial
El intérprete ha recorrido algunos de los rincones que marcaron su infancia y su adolescenia. Entre ellos, un matadero que había en su barrio. Le gustaba colarse con sus amigos. "Era lo mas parecido a Outsiders o el Bronx en una ciudad como Lugo", ha recordado. Lo que no se imaginaba es que una simple travesura podía acabar en persecución con un policía.
"Un día subimos a bailar en la terraza y cuando bajamos en la cuarta planta vimos una silueta y nos acojonamos", ha comentado Luis Tosar. Escucharon a un hombre que les gritó eso de "alto, Policía". "Empezó a correr gritando y, en una de esas, sonó un disparo y nos quedamos congelados y aterrorizados", ha relatado.
El actor ha explicado que no se trataba de lo que uno puede llegar a pensar. Se trataba de "un policía municipal entrado en sus kilos y bastante mayor. (...) Nos costó la vida convencerle de que no nos llevara a comisaría porque el tenía que justificar que había disparado", ha recordado.