Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
Ningún cambio. Ni para bueno, ni para malo. La vida de Bobbi Kristina sigue pendiente de una máquina que la mantiene cumpliendo días desde que fuera encontrada inconsciente el pasado 31 de enero. En las últimas horas, un rumor que parecía indicar que la salud de la hija de Whitney Houston habría empeorado, ha sido aclarado por un miembro de la familia de la joven de 21 años. “No ha habido ningún cambio en esta última semana. No ha ocurrido nada. No es que de pronto sus riñones hayan dejado de funcionar, ni nada por el estilo”, ha comentado una fuente a People, tranquilizando y desmintiendo lo último que se había dicho de Bobbi.
Mientras, en la habitación del hospital en la que ella permanece ingresada, todo sigue igual. Su padre, Bobby Brown, continúa día y noche a su lado, al igual que su abuela, Cissy, una de las que más ha sentido el accidente dada su estrecha relación con la veinteañera.
Hace unos días se habló de la posibilidad de desconectar a Bobbi Kristina en la misma fecha en la que falleció su madre, el 11 de febrero, pero, al final, no se llevó a cabo y la joven permanece con respiración asistida. Y aunque de vez en cuando ella abre los ojos, los médicos no dejan de insistir en que esto sólo se trata de un movimiento reflejo, y no indica alguna mejoría en su estado vegetal.
A pesar de que la joven recibe a menudo visitas, ha habido una persona a la que se le ha prohibido estrictamente la entrada en la habitación: Nick Gordon. El que un día fuera considerado ‘un hermano’ para ella, y del que se terminó enamorando, llegándolo a llamar ‘marido’. Tanto Bobby como Cissy no lo quieren cerca, y mucho menos ahora que se cree que la joven recibió malos tratos por su parte. Mientras ellos estén delante, Nick no podrá acercarse a ella, y así la protegerán, ya que saben que es de lo poco que ahora pueden hacer por ella.