Lina, gracias por hacernos reír

La artista, en 14 momentos estelares de su carrera

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Consiguió lo que pocos artistas consiguen: reunir a la familia. Lo que hace reír al niño, rara vez es lo que despierta una sonrisa al abuelo, y viceversa. Pero ella tenía ese don mágico para la comedia que lograba poner de acuerdo a todos en casa. Hoy por la noche se ve a Lina Morgan y no hay más que hablar. Todos felices y contentos.

Somos muchos los que la hemos visto hacerse la ‘cateta’ despistada. Recién llegada del pueblo a la gran ciudad, enamoradiza, prendada del galán de turno que no se entera de que existe y con un corazón de oro. Dicen que lo suyo fue la comedia gestual, como también lo fue de Buster Keaton de Chaplin, pero lo de Lina no solo eran ojos bizcos, bocas torcidas y piernas disparadas, ella hacía reír con las bromas blancas, y por eso todos la entendían, todos se reían y todos la querían.

Igual que en ‘Vaya par de gemelas’ vivía sobre las tablas un desdoblamiento de personalidad interpretando a dos hermanas iguales en apariencia, pero contrarias en carácter, su vida siempre fue un poco de esa manera. Su gemela cómica era la que se subía al escenario, mientras que la tímida, seria y reservada, afloraba ya en el camerino. Dos mujeres. Lina y María de los Ángeles, con los mismos ojos brillantes, pero de miradas completamente diferentes. Y, curiosamente, a las dos se las quiere y se las ha admirado de igual forma. A una por hacernos felices y la otra por haber sido una señora discreta y siempre en su lugar.

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