'Lazos de sangre': Manuel Zamorano: "Sara Montiel me pidió que le rapara el pelo antes de morir"

Manuel Zamorano conoció a Sara Montiel cuando él tenía 18 años y la estrella 69. Fue su estilista de cabecera hasta su muerte. "Hoy hablo de ella por primera vez. La conocí en casa del padre de mi mejor amiga. Vi a Sara con su puro y un vestido de encaje marrón con el que se le transparentaba el pecho. Me impactó. Yo tenía 18 años y ella, 69. Aún era una gran estrella. Fue mi madre de Madrid. ¡La echo tanto de menos!", nos contaba el peluquero entonces.

Manuel no fue incluido por Sara Montiel en su testamento, pero guarda de ella “puros con la marca de sus labios, fotografías, vestidos que me regaló, sus pelucas. Todo tiene su olor. Nuestra amistad es su herencia”.

El peluquero confiesa que su mayor aventura al lado de Sara Montiel fue la boda de la artista con el cubano Tony Hernández en 2002. “Me encerraron en un hotel dos días para que no me siguiesen. La peiné y la vestí en un baño del ayuntamiento. Tenían que sacarme escondido, pero me vieron. Y Sara dijo la famosa frase: “¿Qué pasa? ¿Pero qué invento es esto?”, recordaba en Lecturas.

Si hubo un momento doloroso de su estrecha amistad fue estar con ella en los últimos días de vida de Sara. Manuel estuvo en su lecho de muerte y fue de las últimas personas que vio a la actriz y cumplió una de sus últimas voluntades: "Dos semanas antes de morir me pidió que le rapara el pelo. “Queco, no estoy bien y quiero que me cortes el pelo muy corto”, me dijo. A pesar de que la vi desorientada, no fui consciente de que estaba tan mal. Una semana después murió". En la imagen, el peluquero acompañando a Montiel, que acababa de cumplir 70 años, en un evento que cubrió nuestra revista.

El día de su muerte, el 8 de abril de 2013, Manuel Zamorano recuerda, sereno, pero aún con dolor, que "había quedado con ella en su casa, le tenía que llevar unas pelucas. Murió en la cama. Yo me senté con ella y la estuve acariciando. Me daba la impresión de que me escuchaba. Hasta que llegaron los de la autopsia y la metieron en una bolsa, no salí de la habitación".

En el momento en el que Manuel Zamorano concedió esta entrevista a Lecturas, el peluquero confesaba tener "muy poca" relación con los hijos de Sara Montiel, y expresaba con tristeza: "Me quedé muy triste cuando murió y todo lo que fuese su entorno me hacía sufrir. Con su hija Thais he hablado alguna vez y a Zeus le perdí el rastro".

"Para mí Sara era una válvula de escape. Fue la primera persona a la que le dije que era gay. Me contestó que lo sabía desde el día que me conoció [risas]. Yo era feliz con ella, era mi amiga, y a su lado conocí a gente increíble", afirmaba Manuel Zamorano.

Manuel Zamorano recordó uno de los episodios más difíciles de su infancia. El peluquero sufrió acoso en su pueblo, y los insultos y vejaciones se incrementaron cuando supieron que Sara Montiel era su amiga. "Me hacían pintadas en la puerta de casa. Escribían ‘Saritísimo maricón", confesaba en las páginas de nuestra revista. Manuel se lo contó y la actriz hizo algo al respecto que nunca podrá olvidar: "Me dijo que me iba a ayudar a ser el peluquero más famoso y que iba a salir en la tele. Un día la acompañé a ‘Tómbola’ y les dijo que le preguntaran por la peluca que llevaba. Cuando lo hicieron, Sara me pidió que entrara en plató para que la peinara y demostrar así que lo que llevaba era su pelo, que no estaba calva. En el pueblo algo cambió después de eso".

Sara Montiel fue una figura carismática que aún hoy sigue causando un gran impacto. De ahí que 'Lazos de sangre' recupere su recuerdo. Fue una mujer avanzada a su tiempo y sobre la manera en la que se enfrentaba al paso del tiempo, Manuel Zamorano afirmaba que lo llevaba "fenomenal". Entre risas, el peluquero recuerda que "lo único que decía era: “Estoy gordísima y no como”. Yo alucinaba. “¿Cómo que no comes? ¡Si nos acabamos de tomar unos huevos con patatas fritas!”, le contestaba. ¡Aún no sé cómo podía encender la vitrocerámica y pelar las patatas con aquellas uñas tan largas que tenía!".

Manuel es el responsable de las caracterizaciones que vemos en ‘Sálvame’. “Cuando caracterizamos ponemos postizos o pelucas incómodos. A Mila no le gusta disfrazarse, pero lo hace por el espectáculo. Es maravillosa”, cuenta.