En los 60 se dedicó al activismo político, en los 70 se erigió como la defensora de la causa feminista y en los 80 popularizó el aerobic. ¿Quién no recuerda la imagen de Jane Fonda con el maillot y los calentadores al otro lado del televisor? La actriz fue pionera en la difusión de vídeos sobre rutinas de ejercicios y coreografías que cualquier mujer podía seguir fácilmente desde casa. Llegó a vender más de 17 millones de copias en todo el mundo y fue imitada en los 90 por top-models como Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Elle MacPherson. En España tuvimos nuestra propia versión del fenómeno: se llamaba Eva Nasarre.

Jane Fonda
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Ahora el fitness está más que democratizado. Bien lo sabe Madonna, que ha aprovechado la moda para abrir una serie de gimnasios bajo el nombre Hard Cady Fitness. Es más: hoy en día, si no practicas un deporte, corres el riesgo de ser tratado como un bicho raro.

Todo el mundo se machaca en el gimnasio, corre más kilómetros que un maratoniano o le da golpes sin parar a un saco de boxeo. Los primeros, los famosos, que tienen que mostrar una imagen agradable de cara a sus seguidores, y eso implica tener que cuidar sus músculos a base de dieta y deporte.

Algunos están encantados de ejercer ese rol. Tanto, que no paran de colgar fotografías en sus cuentas de Instagram cada vez que ejercitan un dedo. Sus seguidores están encantados, así no pierden detalle acerca de todo, absolutamente todo lo que hacen sus ídolos. Pero hay veces en que esta costumbre roza la obsesión.

Ocurre con el yoga, por ejemplo. Cada día modelos, actrices y cantantes (mujeres, en todos los casos) nos regalan sus posturas dignas de un contorsionista de circo. Al enseñarlas en público, consiguen el propósito contrario de la práctica de yoga, según José Llopis, instructor de hatha yoga de Barcelona. “El yoga es una vía de autoconocimiento que lo que pretende es disminuir o erradicar el ego para que las acciones vayan encaminadas al beneficio de todos, no de uno mismo”.

Para autoconocerse, es necesario mirar hacia dentro, convertir la práctica en algo íntimo. Digamos que parar un momento para hacerse una foto o pedirle a otro que te la haga para luego colgar la imagen en las redes sociales para que se entere todo el mundo no sería el objetivo. “Mostrarse es la antítesis del yoga”, concluye Llopis.

Si quieres saber qué deportes practican los famosos, te invitamos a visitar nuestra galería de imágenes.