Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Qué fácil es hacer una mala elección estilística y acabar de patitas en la lista de las peor vestidas de la alfombra roja, al ladito de Lady Gaga. Y mucho más sabiendo que este año Gaga sólo está aquí por lo desacertado de sus complementos, que si no los hubiera llevado, ni por asomo estábamos hablando de ella.

 

Además, como suele pasar, las listas de peor vestidas de unos premios, en este caso los Oscar, suelen estar nutridas por personajes que, uno, o bien no se mueven con soltura por estas lindes y se visten con lo peor que han encontrado porque nadie les ha sabido aconsejar, o dos, los peores, los que lo hacen a sabiendas. Esos que saben que si dan el campanazo en la alfombra roja tienen aseguradas unas palabras y una dudosa mención de honor.

 

Pero ahora, y con la moda del movimiento #AskHerMore, que no es otra cosa que promover que a las mujeres se les pregunten detalles sobre su personaje y su trabajo, más que sobre su apariencia sobre la alfombra roja roja; las actrices están de un desganado inusitado. Pongamos por ejemplo a Nicole Kidman. La australiana está hartita de que sólo quieran saber en estos eventos de quién va vestida, por eso, en los últimos Grammys, y de muy malas maneras, se negó a contestar preguntas al respecto diciendo cosas como “se me ha olvidado de quién voy vestida” o “no sé qué firma es”. Este boicot que hace al trabajo de los periodistas especializados en estilo que cubren alfombras rojas parece haber dado un paso más allá y haber comenzado a ¡boicotearse a sí misma! Con este look pocos habrán querido saber de quién va. ¡Buena jugada, Nicole!