Kiko Rivera, rabiando de dolor, relata las consecuencias de su último ataque de gota

Kiko Rivera no puede soportar el malestar que le está provocando el último ataque de gota que ha sufrido. Algo que le impide hacer su vida con normalidad

Instagram @riverakiko

Estefanía Fernández

Redactora digital de RBA

20 de febrero de 2022, 13:25

Volver

Kiko Rivera está desesperado después de arrastrar durante muchas semanas un dolor intenso por culpa de un ataque de gota. El hijo de Isabel Pantoja lleva padeciendo esta enfermedad mucho tiempo y fue uno de los principales motivos por los que tuvo que abandonar su experiencia en Supervivientes 2011. El malestar aparece y desaparece de manera intermitente pero una de las causas que podrían estar provocándole una dolencia insoportable es una dieta poco equilibrada. Kiko, Irene Rosales y sus hijas, han disfrutado de un fin de semana en Marbella junto a su íntimo amigo Luis Rollán y, desde allí, el Dj ha dejado claro cuáles son las consecuencias que está sufriendo y que le impiden hacer una vida normal.

"Estoy hasta las narices del dolor de gota. Llevo un puñetero mes sin poder doblar la rodilla. Ya no sé qué hacer y estoy empezando a desesperarme", ha escrito Kiko Rivera a través de 'stories' para su millón de seguidores.

Kiko Rivera, no puede soportar el dolor que le ha producido su último ataque de gota.

Instagram @riverakiko

Kiko Rivera ha hecho una escapada exprés en familia y, aunque ha compartido las imágenes más relajantes de todos los planes que han organizado en Puerto Banús, la realidad es que no ha podido evitar quejarse de todo lo que le está pasando, ya que la gota le ha impedido estar al 100%: "Por favor que alguien venga y me corte la puta pierna. Vaya puta mierda de 28 años que tengo", se ha lamentado.

Kiko Rivera, desesperado por el último ataque de gota que ha sufrido. 

Instagram @riverakiko

La salud siempre ha sido el talón de Aquiles de Kiko Rivera y esto sumado a la crítica situación familiar que está atravesando con su hermana, su madre y su prima, ha provocado que el marido de Irene Rosales no levante cabeza.

Su trabajo y los distintos proyectos profesional que está llevando a cabo han sido un gran salvavidas en estos meses tan convulsos pero irremediablemente está así con su familia le produce un gran bajón anímico. Irene Rosales, Ana y Carlota se han convertido en su mayor refugio y gracias a ellas sonríe cada día.

Rechazar y suscribirse

Si quieres actualizar tus preferencias de consentimiento haz click en el siguiente enlace