Te lo promete. Tanto incluso que te hace sospechar, pero, claro, si él lo dice… Que no le ha cambiado nada la fama. Que de hecho, le pidió a los suyos que si veían que se iba por las nubes o que miraba por encima del hombro, le dijeran: ¡eh, Jesús, tira pa’bajo! Pero es que lo que le ha ocurrido en cuestión de un año a Jesús Castro ha sido mucho. Él dice que, cualquier otro, con un poquito del ego que él no tiene, se habría vuelto loco. Estaba en el instituto en Cádiz y hoy elige papeles y se mide frente a frente con grandes del cine y la televisión. En 'Mar de plástico' con Rodolfo Sancho. Castro dice que después de dar réplica a Luis Tosar en 'El Niño' ya no le teme a nada. Ni siquiera a que se convierta en el más odiado de la tele. Sabe que no va a pasar. Porque tendrá su corazoncito y unos ojos que paralizan a las fans. Dará vida a un chaval racista y malencarado, novio por cierto de la Laura Palmer de la serie. Un personaje muy distinto, confiesa, del que hizo en la 'Isla mínima' aunque él de estudios de interpretación, aún, nada. Tiene instinto.

 

Oye, Jesús. Te veo más fuerte…
Es que estoy entrenando mucho y comiendo bien.

 

¿Por algún guión?
No. Por mí. Es que me estaba quedando entumecido.

 

Venga…
Sí. Necesitaba moverme…

 

Y ¿qué haces?
Fútbol, salir a correr, ir al gimnasio... pero como es estático, me aburre. Pero como tampoco puedes hacer nada que perjudique tu físico, me obligo. Es que si llamo a un productor diciéndole que me he jodido el pie por jugar un partido, es que soy gilipollas.

 

Cuéntame qué vas a hacer en Mar de plástico.
Un personaje muy distinto a lo que he hecho hasta ahora. Lucas es un chaval que no ha salido nunca de Campoamargo. Es de allí de toda la vida y el hijo del dueño del bar del pueblo. Ha currado como camarero y es muy racista. Cree que todo lo malo que pasa a su alrededor proviene de la gente que ha llegado de fuera.

 

¿No se parece a tu personaje de 'La Isla mínima'? Mira que hasta la serie recuerda…
No tiene nada que ver.

 

Hombre, ¿el ambiente?
Vale, sí, recuerda. Pero mi personaje de La Isla era malo, malo de verdad. No sentía ni padecía. Era frío como el hielo.

 

¿Te gusta este cambio de matiz?
Como reto es muy interesante. Estoy entre acojonado y con ganas, una mezcla.

 

Pero tu personaje es “una joyita”…
Sí, pero con buen fondo.

 

Pero la superficie…
Sí, es muy jodida. Lo ha pasado mal, pero ya verás como no es tan malo…

 

¿Con las mujeres cómo es?
Con las españolas, él muy bien. Es el novio de la víctima. Su novio de toda la vida y con esa chica tiene buen trato, pero porque es española y blanca. Si no fuera así no la vería ni como persona.

 

Imagino que será el principal sospechoso de su muerte…
Como todos. Directa o indirectamente todos los personajes pueden haberlo hecho.

 

Pero él ¿tiene las papeletas?
Te caerá fatal. Pero cambiará… Y para que se vea ese cambio, voy a ser muy malo al principio…

 

¿Y qué le cambiará? ¿el amor?
No sigas por ahí que no te voy a decir nada (risas).

 

Jesús ¿cómo se lleva la expectación que despiertas?
Con tranquilidad y siendo yo. Como cuando no me dedicaba a esto. Tienes que tener presente de dónde vienes, lo que tu familia se ha sacrificado para darte el cuerpo y la cabeza que tienes y si todo eso lo tienes claro, no se te va a subir nunca, ahora, si tienes un poco de ego de fábrica y te pasa un caso como el mío, se te pone a huevo que se te vaya la pinza. Vamos, que te crees que eres Maradona.

 

Y ¿cómo se controla eso? ¿tienes un coach?
¡Un coach? Qué va! Estaría bueno que me hiciera falta un coach para eso. Yo vengo de una familia humilde, de una casa humilde, de una educación humilde. Es lo que he mamado toda la vida y mi prioridad es mi familia, son ellos. Esto es un curro. Como poner un cable o una tubería. Yo interpreto a otras personas. Punto. Lo que pasa es que esto es más mediático…

 

Y te lo puedes creer…
Es que yo no me creo ni que sea Paul Newman ni que sea tampoco una mierda. Soy un intermedio y sé hasta dónde llego, que me queda mucho que aprender, pero que nadie nace sabiendo. Pero aquí estoy currando y aprendiendo que no es poco.

 

Pero la vida te habrá cambiado ¿no?
Hay muchas cosas que ya no puedes hacer. Tomarte un Nestea en una terraza en la Gran Vía, leer un libro en El Retiro… Hacer vida social es imposible. Pero… yo tampoco la hacía mucho antes… No iba a bares, ni a locales, ni a discotecas tampoco, así que no me trastorna eso mucho.

 

¿Algo que eches de menos en especial?
Ir a mi playa de toda la vida y que no me paren 800 personas. Ir al Palmar o a Zahara de los Atunes sin que sea noticia… Cosas que antes no valorabas… Pero bueno, han venido otras… No todo el monte tiene que ser marihuana.

 

¿Vives ya en Madrid o sigues en Cádiz?
Durante el rodaje de 'El Principe' estuve viviendo en el Sheraton. Varios meses en un hotel así que dije: ya es hora de buscarse un piso.

 

¿Y lo tienes?
Lo tengo casi.

 

Estás en el periodo de transición…
Sí.. Madrid tiene muchas cosas pero la calidad de vida de allí abajo…

 

Y el mar…
Jo, y el mar… Un atardecer con un tinto y una tapita… eso ni de coña. Pero no se puede tener todo.

 

Tendrás que ir y venir
Sí. Cero tiempo para mí sólo. Voy a Vejer y cuando me doy cuenta, ya me tengo que volver a rodar a Madrid.

 

¿Cómo viven ellos tu cambio?
Ya lo han asimilado. Y están contentos. Ya les dije que si veían algun cambio en mí, me lo dijeran. Y hasta el día de hoy, eso no ha ocurrido. Así que todo va bien.

 

¿Te los traerás?
No. Trabajando prefiero estar solo. Si están ellos, querré que estén muy bien y no estaré en lo que tengo que estar. Ellos que estén en casa y yo aquí.

 

Imagino que debe de ser un shock ver la tele y que de un año para acá salgas tú…
(risas) Ya… Y ver un croma y decir: eso canta La Traviata (risas) Ver cosas que antes ni me daba cuenta, que me las comía con patatas. Ahora veo la tele y le saco el rollo del curro. Eso me hace perderme la historia porque estoy pendiente de los planos, de los gestos de los actores, lo analizo todo.

 

¿Tú te ves? ¿Te estudias?
No suelo verme. Si el director compra lo que he hecho es que está bien. No le doy más vueltas. Las pajas mentales son malas. El curro si está hecho, las vueltas no sirven de nada.

 

¿Te ha dado tiempo a hacer algún curso?
Mi formación es trabajar y trabajar. Y a la vez, sabiendo que como partes de cero, cuando alguien habla, tú te callas y atiendes. No hay otra cosa.

 

¿Ah si eh?
Claro. Intento absorber de los demás lo que me gusta. Lo que me gusta, me lo quedo, lo que no, se lo dejo para él.

 

Instinto
Sí. Instinto. Mira, Luis Tosar me dio un consejo, que al rodar lo que sea, lo viva. Y a mi eso no se me olvida. Si ruedas queda forzado, si vives, la situación sale.

 

¿Impone enfrentarse a actores experimentados como Rodolfo Sancho?
Me sacaron del instituto y me pusieron frente a Luis Tosar. Estoy inmunizado para ponerme enfrente de cualquiera.

 

¿Te has puesto una meta, Jesús? ¿A dónde quieres llegar?
No. Ninguna meta. No me pongo ningun límite. Sólo ganas de aprender. De seguir teniendo oportunidades y el tiempo dirá donde llego.

 

Hablas como un motorista o un corredor de carreras
¿Si? Pues no tengo ni moto ni carné… Pero me gusta la velocidad en general.

 

¿Eres un espíritu libre?
mmmmm…. Sí…. depende. Hay momentos…. Me dejo llevar.

 

Oye, ¿y tu chica?
Uy, no te escucho

 

(risas) ¿Ha llegado el momento en que rechazas papeles?
Sí… fíjate… Sí….

 

Y ¿que eliges novia?
(risas) Quieres decir: ¿cómo tengo el corazón?

 

Eso es…
Pues no me ha dado ninguna arritmia ni ninguna taquicardia…

 

Venga
Que no, que no me da tiempo a tener vida. Es mucho curro. Termino, voy a mi habitación, me ducho y a dormir…

 

Y a contestar tus redes sociales.
Sí. También. Dedico dos horas a los fans. Porque ellos estan siempre ahí. No puedo contestar a todos, pero no quiero que haya distancia entre ellos y el personaje famoso ¿no?

 

¿Por qué te morirás cuando te compres tu piso nuevo?
Por un gazpacho de mi madre. No hay bar en el mundo que haga nada parecido. 

 

Por Luis Nemolato