Son la pareja del año. Justin Bieber y Haley Baldwin han protagonizado el compromiso más rápido e inesperado, con permiso de Ariana Grande y el humorista Pete Davidson. Se conocen desde hace años, pero empezaron a ir en serio en mayo de este año. Por eso Justin nos dejó un poco ojipláticos cuando saltó la noticia de que le había hecho la gran pregunta a la modelo mientras pasaban unos días en Las Bahamas. Ella, por supuesto, dijo 'sí, quiero'.

El cantante cortó de raíz los rumores y confirmó la relación con un post muy sentido en Instagram donde, además de su amor por Haley, también dejó claro el amor que le profesa últimamente a Dios, porque en el corazón de Justin, todo está enlazado. Con este compromiso muchos fans se quedaron tristes porque le ponía fin a las esperanzas de que Justin y Selena Gómez acabaran juntos cual película de adolesecentes con final feliz. Esta vez no pudo ser. Lo volvieron a intentar pero el tema no cuajó. Lo dejaron en marzo y por allí asomó la rubia que pronto será la señora de Bieber.

Resulta que, entre los millones de seguidores que se declaraban fans de 'Jelena' –como se conoce en las redes a la pareja que formaban Justin y Selena– estaba ¡oh, sorpresa! la futura novia. En 2001, una Haley Baldwin de 14 años mostraba su pasión por esta mediática pareja en sus redes: "¡Son perfectos juntos! Como pareja son la definición del sueño adolescente".

Nadie la puede culpar, porque es verdad que 'Jelena' eran el sueño de Hollywood hecho mechas y personas. Se complementaban, son guapos, famosos, tienen talento y una vida que da para una serie de Neflix. Pero no pudo ser. Y no se puede decir que de este fracaso para la Humanidad Haley no haya salido beneficiada.

Miremos, por ejemplo, el anillazo de compromiso que le ha regalado Justin Bieber como prueba de su amor, que es más gordo que la joya del Titanic.

El pedrusco es obra del artista joyero Jack Solow, de Solow & Co y, según ha comentado el propio diseñador, le ha costado al cantante la friolera de medio millón de euros. Solow, que conoce al cantante porque es muy amigo del mánager de este, Scooter Braun, ha explicado que el cantante tenía muy claro lo que quería y que ha formado parte muy activa del diseño. Que quería algo atemporal que destacara las preciosas manos de su futura prometida. El anillo está creado con oro dorado de 18 quilates y tiene un diamante central de 10 quilates. Cuando lo vio por primera vez, Justin dijo: "Qué ves dentro de ese diamante? Yo veo la cara de Haley". Tardaron unas dos semanas en crear esta preciosísima y carísima joya y Justin la recibió en su hotel de Nueva York la víspera de viajar a Bahamas, donde horas más tarde hincaría la rodilla ante Haley.

En Twitter ya han recordado que en su día Haley dijo que le gustaría que su anillo de compromiso fuera tan grande como el de Blake Lively y voilá! Ahí estaba Justin para hacer sus sueños realidad. La boda está prevista para el año que viene, pero con los tiempos de esta pareja, ¡quién sabe! Igual tenemos bodorrio antes de que acabe el verano.