La estancia de Yiya en 'Supervivientes 2020' no ha estado exenta de polémica sobre todo en lo referente a sus continuos desprecios a Rocío Flores. Sin embargo, si hay algo que ha aprendido la extremeña durante los dos meses que ha estado en Honduras es a luchar contra sus fantasmas del pasado. De esos traumas ha hablado en una entrevista exclusiva para Lecturas donde la joven se ha abierto en cuerpo y alma.

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Yiya

"Ha sido angustiante. El tener tanto tiempo es horroroso, llegas a conclusiones muy dramáticas", asegura la ex superviviente. Yiya confiesa que para ella lo peor no es el hambre ni el frío sino lo que esta situación tan extrema te provoca: "Te hace abrir puertas que nunca hubieras querido, y que ni siquiera sabes que te atormentan".

Desde el principio, la joven ha confesado su pasión por los cuerpos con curvas, tanto así que ya está trabajando en recuperar algunos de los 13 kg que perdió durante su estancia en el reality. De ahí que sorprenda aún más si cabe que reconozca haber padecido un trastorno alimenticio.

Yiya plató

Yiya no ha podido evitar recordar el episodio más traumático de su vida: "En esa soledad (de Supervivientes), le puse nombre y asumí qué padecí anorexia desde los 12 hasta los 18 años, lo controlaba todo, viví cosas muy feas", explica en exclusiva. Con la sinceridad que le caracteriza, la joven no ha tenido reparos en narrar cómo se desencadenó todo: "Empezó por un comentario, yo no estaba ni gorda, estoy más ceporra ahora. Un tío mío me tocó la pierna. Me dijo 'gruesota'. Esa navidad adelgacé 8 kilos".

"Me servía comida y cuando mi madre se iba a la cocina, la devolvía a la fuente. Manchaba el plato, si tenía comida en la boca hacía como que tosía y me limpiaba la boca y echaba la comida que tenía", recordaba a la vez que afirma que sus padres nunca quisieron llamarlo por su nombre: "Pensaban que era una tontería de la edad. Nunca fue una tontería. Era mentalmente inhumano, una gran autodestrucción".

Yiya

Tal era la presión que efectuaba sobre sí misma que "comía tres cucharaditas y a las tres de la tarde con un calor de muerte me iba a correr una hora. He llegado a tirarme en un portal porque me había dado una lipotimia", rememoraba. Afortunadamente, todo eso es cosa del pasado y Yiya pudo salir adelante y actualmente ya no tiene ningún conflicto con la comida.