Encarna Sánchez: así fueron las agónicas últimas horas de su vida

La comunicadora falleció víctima de un cáncer de pulmón y, 18 días antes de su muerte, grabó un mensaje a sus enemigos: "Pronto podré decir con toda la valentía del mundo: ¡Temblad, pedazo de sirvergüenzas!"

Encarna 3
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Montse Jolis
Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Tenía la lengua más afilada de este país y no se callaba nada. Sus oyentes, más de dos millones diarios, la admiraban, sus compañeros la respetaban –no todos, por supuesto– y sus enemigos la temían. Encarna Sánchez fue durante 18 años ininterrumpidos una de las personalidades más influyentes en la opinión pública, pero su tendencia y su facilidad para lanzarse a la yugular de aquellos periodistas, famosos o políticos, hizo que se granjeara enemistades a diestro y siniestro. Solo un cáncer fulminante de pulmón pudo con ella. Tenía 60 años y falleció un 5 de abril de 1996. Era Viernes Santo.

"¡Temblad, pedazo de sinvergüenzas!"

Encarna fue una mujer de radio. Tanto, que 18 días antes de morir dejó como testamento radiofónico unas palabras cargadas de veneno que todavía resuenan en las cabezas de quienes la conocieron y, en especial, de quienes la sufrieron.

"El sonido de la radio ha sido para mí y, continuará siendo, el camino más corto para comprender el camino de la amistad y, sobre todo, el camino de la fidelidad... Pronto volveréis a sonreír. Pronto vendréis a mi encuentro. Pronto podré decir con toda la valentía del mundo: ¡Temblad, pedazo de sinvergüenzas!", dijo con una voz ya casi apagada por la cruel enfermedad, pero igual de contundente. Ella sabía que su final estaba cerca y quiso despedirse a su manera.

Había dejado de salir en antena a principios de aquel 1996 y en esos meses, hasta su fallecimiento en abril, la sustituyó Esmeralda Marugán. Después, fue Mari Cruz Soriano quien se haría cargo de las tardes de la COPE. Encarna llevó su enfermedad en secreto, porque estaba convencida de que la iba a superar y de que pronto volvería a ponerse delante del micrófono.

La realidad, sin embargo, tenía otro destino pensado para ella. La encargada de anunciar su muerte fue la redactora Susana Moneo, para lo que tuvo que interrumpir la retransmisión del Viernes Santo que, desde El Vaticano, estaba realizando en directo su amiga y compañera –ya fallecida también– Paloma Gómez Borrero.

Encarna, con Mila e Isabel Pantoja

Encarna, con Mila e Isabel Pantoja.

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Íntima de Isabel Pantoja

En sus años de gloria, Encarna Sánchez se codeaba con las artistas más famosas de este país, como Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Concha Márquez Piquer, Paquita Rico, Sara Montiel, Marujita Díaz... Mila Ximénez colaboraba en su programa, pero su amistad acabó como el rosario de la aurora. En un 'Deluxe' Mila contó que Encarna quiso mantener una relación con ella y que, al negarse, la locutora fue diciendo por todo Madrid que había sido al revés, que había sido Mila la que quería tener una relación con ella.

"Pasa el tiempo y me encuentro con Paloma Segrelles, que me dice que Encarna dice que yo quería tener relaciones con ella y la estoy agobiando. Cogí el teléfono y le dije: 'Vete a la mierda puta bollera.' Ella me respondió: 'Vete de España.' A partir de ahí sucedió todo", contó Mila.

Según Mila, la aparición de Isabel Pantoja en la vida de Encarna fue su salvación. "La suerte que tuve es que apareció Isabel y se distrajo. Se hubiera encargado de que no hubiera vuelto a aparecer ni siquiera físicamente", recordó la Ximénez.

Encarna Sánchez

Encarna batalló duramente contra el cáncer.

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"Era mala y envidiosa", dijo de ella Pilar Eyre

Tampoco Pilar Eyre ha hablado bien de Encarna Sánchez. "Yo vi llorar a Concha García Campoy por culpa de Encarna Sánchez. La llamó ‘las cuatro letras’, como a Rosa Villacastín, como a Yagüe, como a Rigalt. ¡Estaba obsesionada con el gremio periodístico!", escribió Pilar en su blog de Lecturas.

"De Miguel Bosé dijo que tenía “la enfermedad de moda”, Rocío Jurado “parecía un travestí”, la Preysler “boba y aburrida”, Umbral “repugnante”. A Paquita Rico la echó durante un año porque no quiso decir que Carmen Ordoñez… Era mala y envidiosa", escribió Pilar Eyre.

Encarna Sánchez

La comunicadora, en Marbella.

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"La radio se quedó huérfana"

Pero no todos echan pestes de Encarna Sánchez. Para sus colaboradores más directos, Encarna era un referente y un ejemplo a seguir. Pedro Pérez, productor del programa de Encarna, la defiende a capa y espada. Pedro Pérez dijo que con su muerte "la radio se quedó huérfana" y "mucha gente que escuchaba a Encarna se pasó a la televisión", en palabras recogidas por el portal El cierre digital, que dirige el periodista Juan Luis Galiacho, quien también trabajó a las órdenes de la popular locutora.

Pedro Pérez y Juan Luis Galiacho escribieron el libro 'Encarna en carne viva', en el que revelan cómo fueron las últimas horas de vida de Encarna Sánchez en su chalet de La Moraleja.

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El deterioro fue físico, pero no mental

En el libro se recoge el sufrimiento de la agonía de Encarna. "Diez días antes de su final, Encarna estaba cada vez más baja de defensas. Sus vómitos eran frecuentes. La astenia incidía en su cansancio. La falta de apetito era ya habitual. Sus ganas de luchar iban decayendo. La caída del pelo y las escamas de la piel se repetían. El deterioro físico, no mental, era asiduo. Todo lo que el doctor Manuel Santos, su oncólogo, avisó que iba a suceder se estaba cumpliendo", desvelan Pérez y Galiacho.

Encarna no murió sola

Muchas son las voces que aseguran que Encarna Sánchez murió sola en su casa, después de haber sido una de las mujeres con más poder de nuestro país. Pedro Pérez lo desmiente.

"Allí, a su lado, al borde de su cama, estaba permanentemente Nuria Abad o Josefina Calle. Fue por expreso deseo de Encarna. La ayudaban a comer todos los días. La asistían a sentarse en su butacón. Allí, desde su ventanal, divisaba el césped, la piscina y los árboles de su casa que tanto le gustaban. La aseaban con mucho mimo y cariño. La cuidaban como si fuera la madre de las dos, con inmenso amor... Nadie la secuestró", afirma el productor.

Encarna Sánchez

Encarna, con Arturo Fernández y Jesús Gil.

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El 29 de marzo, una semana antes de morir, Encarna recibió la visita de Bernardo Herráez, obispo y gerente durante 30 años de la cadena COPE, con el que mantuvo una conversación de unos 30 minutos en los cuales, Encarna se confesó. Nunca recibió el sacramento de la extremaunción.

En los últimos días le aumentaron la sedación

Pedro Pérez revela en el libro que el 2 de abril, tres días antes de su fallecimiento, fue a verla a su casa. "Encarna se estaba muriendo en su casa. Fui a verla ese día. Suspendí mis vacaciones con mi familia para estar cerca de ella. El doctor Santos ya había aumentado la sedación para paliar los dolores... Esa noche se quedó dormida muy pronto y me fui a mi casa", explica Pedro Pérez.

"Los días siguientes fueron similares. Llegamos al 5 de abril de 1996, Viernes Santo, una fecha muy especial para todos los fieles cristianos. Un día lluvioso y tormentoso en Madrid. Sobre las 15.30 horas sonó el teléfono fijo de mi casa. Era Josefina Calle, llorando como una magdalena...", recuerda Pedro Pérez.

Amortajada con un Chanel blanco

Como todos los finales, el de Encarna Sánchez fue también muy triste. "Encarna estaba muerta. Había elegido para dejarnos un Viernes Santo, cuando la comunidad cristiana conmemora la muerte de Jesús de Nazaret. Hasta para decirnos adiós lo hizo en un día tan señalado. Fue una mujer muy especial para todo, aun en su muerte", dice el productor, que explica que Encarna fue amortajada con un traje de Chanel blanco y que, en el momento de morir, solo llevaba puesto su reloj Cartier y una medalla de la virgen del Rocío.

Encarna Sánchez fue incinerada al día siguiente, 6 de abril, Sábado de Gloria, en el cementerio de la Almudena, en Madrid, y sus cenizas fueron esparcidas en Marbella. Aunque ella era natural de Carboneras (Almería) siempre fue una enamorada de la capital de la Costa del Sol. Su casa, llamada La Gaviota, situada en primera línea de mar, fue adquirida al año siguiente por el actor Antonio Banderas.

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