Robert Redford se ha sincerado sobre una de sus anécdotas más personales: el día que trató de fotografiarse al lado de su ídolo, la princesa Grace. Lo ha hecho, precisamente, al recoger el Premio Príncipe Rainiero III en Mónaco, en la misma ciudad que años atrás visitó cuando solo era un estudiante de arte y trató de conocer a la madre de Carolina, Alberto y Estefanía. El actor fue homenajeado en Monte Carlo este sábado y mientras que ahora todo han sido vítores y aplausos, hace unos años no obtuvo el mismo recibimiento.

“Nunca la conocí (a Grace). Lo intenté una vez, pero no lo conseguí. En 1956 estaba recorriendo Europa de París a Florencia… Y lo hacía sin dinero. Llegué a Cannes y decidí ir a Mónaco para conocer a la Princesa". Recordó melancólico. Entonces, una vez ya en el principado, trató de hacerse unas inocentes fotos en la puerta del palacio. Le pidió a un hombre que lo retratara, pero conforme más cerca estaba de la puerta, la seguridad le espetó que se marchara de ahí. Así que, obedientemente, tomó su cámara y salió pitando.

Quién le iba a decir que unos años más tarde, cuando tuviera 79, su trabajo como actor y director sería reconocido por aquella misma ciudad que un día lo mandó a tomar viento fresco. Pero él no guardó ningún rencor ni a Mónaco ni a Grace, de la que pensaba que era una mujer espectacular. “Fue una magnífica actriz. Además, tenía un gran sentido del humor. Era muy ingeniosa, y, evidentemente, era de lo más atractiva. Pero también era muy, muy inteligente. Resultaba una mujer con un gran talento natural para la actuación y de muchísima fotogenia”. Se quedó sin hacer realidad uno de sus mayores sueños, estar cerca de la mujer a la que tanto admiraba.

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