El egoísmo de Gloria y Kiko condena al resto de sus compañeros

La pareja se rindió a las tentaciones que les ofreció Lara Álvarez y dejó a los demás supervivientes al borde de la desesperación...

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Cada nueva entrega de Supervivientes es toda una sorpresa. Cuando pensábamos que ya nada podía ir a peor, los habitantes de la isla consiguen dejarnos con la boca abierta. ¡Y eso que hemos visto de todo en este reality! Pero nada, ni con esas. Claro que, con actitudes como la de Gloria Camila y Kiko, también es fácil sorprenderse. La pareja dio anoche una lección de cómo creen que hay que enfrentarse a un concurso: pensado primero en uno mismo.

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Gloria Camila y Kiko

Los supervivientes se enfrentaron a una de las pruebas más complicadas en lo que llevamos de edición. Lara Álvarez, la maestra de ceremonia, se encargaba de ofrecerles tentaciones en forma de comida que los concursantes debían aceptar o rechazar a cambio de otra contraprestación. Algo durísimo cuando llevan muchas semanas casi sin alimentos. De hecho, a Paola casi le da algo cuando la presentadora le ofreció una suculenta tarta de chocolate a cambio de renunciar al fuego. Menos mal que la italiana consiguió pensar con frialdad -y lágrimas- y no aceptó el trato.

El problema llegó cuando le tocó el turno a Kiko. Lara le ofreció al extronista elegir entre comer unas piñas con todos sus compañeros o un plato de espaguetis él solo. El novio de Gloria Camila, muy digno, aseguró que no podía dejar a los demás participantes sin comer y que prefería las piñas. Pero, ay, amigo, ¡qué poco le duró! Lara subió la oferta y le prometió que podría compartir el plato con Gloria y, ahí, ya no se lo pensó dos veces. ¡Vaya caras las de los supervivientes mientras la pareja devoraba los espaguetis!

Pero si este primer movimiento ya calentó unos aires que venían muy revueltos -la isla está dividida en dos grupos y no hay ya forma de unirlos-, peor fue cuando le tocó el turno a Gloria. La hija de Ortega Cano, ni corta ni perezosa, decidió aceptar el premio que le ofrecía Lara -un colchón que solo podrá disfrutar ella- a cambio de que los chicos no pudieran pescar hasta nueva orden. “Creo que las chicas podemos demostrar que valemos para pescar y para hacer mil cosas que no solo pueden hacer los hombres”, afirmó.

Y en esto tiene toda la razón. El problema es que la propia Gloria no ha conseguido superar la sanción que le impuso la organización y que consistía, básicamente, en pescar. Claro que las mujeres pueden hacer lo mismo. ¡Faltaría más! Pero impedir que la mitad del grupo pueda conseguir comida por disfrutar de un colchón, puede que no sea lo que los demás supervivientes hubiesen elegido...

A este ritmo, Kiko y Gloria se van a convertir en los concursantes más odiados por sus compañeros de la historia. Falta ver si alguno de ellos termina siendo expulsado este jueves... ¡Qué tensión!

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