Alexia Putellas (29 años) es la capitana de la selección femenina española de fútbol, que hoy se juega la final del Mundial de fútbol femenino ante la selección de Inglaterra. El juego de la deportista, con autoridad en todo el mundo, siempre es lo más comentado de cada partido de la selección femenina española, más allá de que este equipo está haciendo historia. Todo el mundo quiere ver el juego de Alexia. Eso sí, detrás de su fuerza y constancia se esconde una dura vida familiar.
Los primeros recuerdos relacionados con el fútbol que tiene Putellas están ligados, de manera irremediable, a su padre. Él le inculcó el amor por el deporte que el pasado octubre, por segundo año consecutivo, la elegía como su mejor jugadora con el segundo Balón de Oro de su exitosa carrera deportiva. Era él quien la llevaba al campo de fútbol que ahora la ve jugar, sudar la camiseta que siempre soñó vestir. Fue él quien confió en ella y quien hizo todo lo posible para que aquella niña con un don especial no cejara en su empeño y fuera a por todas. Y fue a él, quien llorando, recordó mientras recogía su primer galardón esférico. En su pensamiento, de nuevo, una persona: su padre.
La familia de Alexia Putellas sabía que esa niña que era escogida siempre la primera a la hora de formar equipos llegaría lejos, de ahí que se volcaran en potenciar el don de la deportista. La apuntaron a fútbol y pronto empezó a competir. Ahí siempre estaban tanto su madre, como su padre y su hermana. Todos arropándola y haciéndola sentir segura, en una red que parecía sostenerla hasta el infinito. Dicen quienes la conocieron en los primeros momentos de su vida deportiva que la niña “era diferente, era especial”, su primera entrenadora auguró que llegaría lejos y no se equivocó ni lo más mínimo. Mientras, en la casa de los Putellas se hacía malabares entre los trabajos, los colegios y los entrenamientos de la niña para que pudiera llegar a todo y Alexia no perdiera un solo partido.
![Alexia putellas](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 798"%3E%3C/svg%3E)
Alexia Putellas, Mejor Jugadora del mundo, guarda una dura historia familiar
El Sabadell, las categorías juveniles del Espanyol y después las profesionales del mismo, y el Levante. Éxito, éxito y más éxito. Pero también esfuerzo sin medida; y todo apenas siendo una adolescente. Fue precisamente en esta etapa, en la que los sentimientos están a flor de piel, cuando una no es lo suficientemente madura y hace equilibrios para encajar lo que es la vida; cuando ocurrió la desgracia: tras una cruel enfermedad, Putellas padre moría. Ella apenas tenía 18 años y se le acababa de ir su referente, el hombre que le enseñó todo y por el que se dedicó al fútbol. Quizás por eso, la pelota fue el mejor de los bálsamos. Se refugió en su profesión y se hizo aún más exigente consigo misma. La excelencia estaba en camino y ahora sí que no pensaba defraudar a su progenitor. En cierto modo, se lo debía. Y no pensaba conformarse con menos que la gloria.
En 2012 llegaba al club de sus sueños, el F.C. Barcelona; donde ha hecho historia. Alexia Putellas ha sido la primera mujer española en ser elegida como Mejor Jugadora del año, y la primera del mundo en obtener de dos años seguidos el Balón de Oro. El primero, emocionada, se lo dedicó a su padre: “Quiero dedicarle este momento a alguien que ha sido, es y siempre será por quien hago todo. Espero que estés muy orgulloso de tu hija, allí donde estés, esto es para ti, papá”. Anoche, con su madre y su hermana sentadas entre el público, se lo dedicó a ellas; porque si su progenitor le impulsó a tocar el cielo; las mujeres de su vida le enseñaron la resiliencia necesaria para lograrlo.