Bertín Osborne confiesa que actuó en casa del narco más famoso del mundo

Entre la lista de invitados de ‘Mi casa es la tuya’ no figuraba Bertín Osborne. Por una noche, el anfitrión pasaba a ser el convidado y se abría ante su ‘doble’. Nos referimos a su mejor imitador, Javier Quero, el mismo que en Buenafuente protagoniza los sketches sobre él.

Con su doble ejerciendo de entrevistador, Osborne se ha animado a contar algunas anécdotas que, hasta ahora, no habían visto la luz. “Te voy a dar una primicia”, avanzaba el dueño de la parra más televisiva al contestar dónde había sido el sitio más raro en el que él había cantado nunca. “Tampoco he cantando en sitios tan raros porque desde el comienzo mi primer disco tuvo mucho éxito, pero he cantado en sitios curiosos. Especialmente en Sudamérica".

"Mi mánager de entonces un día me avisó de que nos habían contratado en Colombia, yo estaba en Miami y no me apetecía nada. Le dije que pidiera el triple, y a los tres días nos dijeron que sí y que, además, nos mandaba su avión para que nos llevase a cantar a la fiesta de su hija, que celebraba los 15 años. Nos mandó una limusina para que recogiera a todo el equipo y al llegar a la casa, que estaba a las afueras, vi mucha seguridad, muchos hombres armados y dobermans. De película total. Empiezo a cantar y a la segunda canción, y veo a un tío que me sonaba. Y me di cuenta. El narco más famoso de la historia estaba sentado en primera fila. Quería matar a mi mánager. Termino de cantar, y él viene detrás del escenario, me da un abrazo y me dice ‘eres mi hermano, cualquier cosa que necesites aquí tienes mi teléfono, cualquier cosa…’ y yo ‘cagao’".

"Cuando llegamos al hotel me dice mi mánager, ‘oye, ¿a ti te ha pagado?’, y yo ‘pero tú eres imbécil, ¿cómo me va a haber pagado a mí? Si lo tienes que hacer tú’, ‘ya, es que no me he atrevido a decírselo’”. Además contó que el narco le hizo pasar a su despacho y que en él había una especie de arcón, tipo cofre del tesoro, atestado de dólares, y le dijo ‘coge lo que quieras’. Y pensé ‘¿cómo voy a meter la mano ahí? ¡a saber de dónde había salido este dinero!’”. Supuestamente Bertín debía haber cogido sus honorarios y los de todo el equipo de ese cofre más propio de el Pirata Barba Negra, que el de un padre orgulloso por el 15 cumpleaños de su hija.