El sábado 25 de febrero a las cinco y media de la tarde, Isa Pantoja (20) pisaba suelo peruano por primera vez desde que saliera de Lima en brazos de su madre con tan solo tres meses. Llegó desde Santiago de Chile acompañada por el equipo de Lecturas con el que cubría la gira latinoamericana de su madre. No hizo comentario alguno acerca del viaje, a pesar de que éramos conscientes de estar viviendo uno de los momentos más especiales de su vida. A priori, para ella Perú era un destino más, sin ninguna connotación. Quizá por su extraordinaria timidez y por la tremenda coraza con la que protege sus sentimientos, en ningún momento verbalizó la carga emocional que esta visita tenía para ella y su madre. Durante las casi cuatro horas de vuelo que nos separaban del país inca, Isa comió chocolate y durmió a ratos, todos estábamos expectantes, mientras ella se mantenía tan serena como siempre.