Nadie veía venir esta ruptura amorosa. La pareja formada por Ana Milán y Fernando Guillén Cuervo, casados desde el año pasado, han decidido separarse y ya no viven juntos.
Cuando todos pensábamos que estaban locos el uno por el otro, esta noticia cae como un verdadero jarro de agua fría. Juntos habían compartido escenario, eran la pareja ideal para entrevistar de manera conjunta y siempre mostraban lo enamorados que estaban. Pero ese amor que se profesaban hasta hace escasos meses, parece haberse disipado, y lo mismo que llegó, se ha marchado. Una auténtica pena. Imaginamos que para ellos no ha debido de ser fácil esta situación por la familia que habían creado. Aunque no han tenido hijos juntos, los de ambos han estado muy integrados desde el principio. Pronto Manuel (el hijo de él) y Marco (el de ella) se convirtieron en buenos amigos dada la poca diferencia de edad que existe entre ellos, tan solo un año, y estaban muy unidos.
Cupido los alcanzó en el trabajo. Los dos eran los protagonistas de ‘Wilt: el crimen de la muñeca hinchable’, y sobre las tablas surgió el romance. Corría 2012, y dos años más tarde pasaban por el altar en una íntima boda celebrada en Florida. Los dos se querían, compartían las mismas aficiones y profesión, se admiraban y se entendían a la perfección. Tan bien se llevaban, y su química era tan buena en el escenario, que volvieron a repetir experiencia como pareja teatral. Fue hace unos meses en ‘Los diarios de Adán y Eva’, entonces parecía que habían encontrado el uno en el otro el compañero ideal no solo de trabajo, sino también de vida.
Ahora la situación dista mucho de ser idílica ya que se enfrentan a una separación dura, que, imaginamos, tratarán de llevar a cabo de la manera más amistosa, para que nadie salga herido. Por lo pronto, él ya se ha ido de casa, eso sí, no se ha mudado muy lejos y seguirán siendo vecinos de barrio, tal y como informa la revista que hoy publica la información.