Por AMADEU GARCÍA

Sobre el terreno de juego la mayoría son agresivos. No les queda otra. Sólo hay un balón y tienen delante a 11 contrarios dispuestos a quitárselo con cualquier método que esté al alcance, sin obviar, ni mucho menos, incluso la violencia física. Quizás por eso, cuando consiguen marcar un gol, en su celebración hay también una explosión de energía, quién sabe si muchas veces de rabia contenida. Pero eso no significa que los futbolistas no tengan también su corazoncito. En absoluto. En el verde del césped pueden pelear usando uñas y dientes (algunas veces literalmente, ahí está el caso de Luis Suárez), pero, una vez acabada la vorágine, la locura que tantas y tantas veces envuelve un partido de fútbol, muchos de ellos se derriten sin dudarlo ante los más pequeños.

El delantero griego Georgios Samaras, del Celtic de Glasgow, no dudó ni un momento a la hora de coger en brazos a un joven seguidor con síndrome de Down y acercarlo a la celebración de sus ídolos, que habían conquistado la liga escocesa. Para ese niño, el gesto de Samaras, del todo paternal, valió su peso en oro. Los niños arrancan una sonrisa hasta del más fiero de los futbolistas. Y, si se trata de sus propios hijos, son capaces de hacer mucho más que acercarlos en brazos al centro de una de sus festivas conmemoraciones.

Dani Alves
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1. Dani Alves. Muchos jugadores han decidido exhibir su amor paterno a flor de piel. Literalmente. O lo que es lo mismo, han apostado por tatuarse sus nombres en algún lugar de su cuerpo. El defensa brasileño Dani Alves, por ejemplo, luce los de sus dos retoños, Daniel y Victoria, en su torso. Muy aficionado a decorar su cuerpo con tinta, lleva varios más, especialmente en los brazos, donde destaca también el rostro de su madre, Lúcia, muy cerca del hombro derecho.

Víctor Valdés
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2. Víctor Valdés. El ya ex azulgrana Víctor Valdés también quiso marcar en lo más profundo de su piel el nombre de su primogénito, Dylan. En su caso, con letras bien grandes, en el antebrazo derecho. En el izquierdo, mientras, lleva una cabra, por su signo zodiacal, Capricornio, acompañada además por otros símbolos polinesios. Y en el hombro derecho, el rostro de un guerrero nórdico. Una figura que, según ha explicado el propio guardameta, le ayudó a superar un momento complicado. Además de Dylan, el meta tiene dos retoños más: Kai y Vera.

Leo Messi
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3. Leo Messi. Esta especie de moda por los tatuajes relacionados con los hijos encontró además un seguidor en Leo Messi. El delantero argentino, no obstante, quiso ser más original que la mayoría de sus compañeros y optó por tatuarse las manos de su hijo recién nacido, Tiago, en el gemelo de su pierna buena, la izquierda. El crack barcelonista, como su hasta el momento compañero de vestuario Dani Alves, lleva también marcado en su cuerpo el rostro de su madre, Celia. En su caso, sobre la espátula izquierda.

 

4. Luis Enrique. No sólo los jugadores llevan tatuajes. Dado el relevo generacional, algunos ex futbolistas que cambiaron el césped por el banquillo se llevaron consigo, cómo no, los motivos con los que decidieron decorar su cuerpo cuando todavía estaba en activo. Ése sería el caso del actual entrenador del Barcelona, Luis Enrique. El que fuera capitán del conjunto barcelonista, según explicó hace ya algunos años en un programa de televisión, lleva los nombres de dos de sus hijos, Pacho y Sira, inscritos en su brazo izquierdo. En su caso, de una manera muy original: en japonés y en dos formas diferentes de transcribirlos. El de la pequeña, Xana, está escrito en la cara interna, con caracteres occidentales. Una cenefa en la que se distingue la Cruz de la Victoria, un símbolo que enorgullece a todo asturiano que se precie, como el propio Luis Enrique, y otro tatuaje más pequeño, en la muñeca izquierda, son otras marcas en su cuerpo de las que habló el propio ex futbolista.

Toni Kroos
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5. Toni Kroos. En el Real Madrid, uno de sus últimos fichajes, Toni Kroos, campeón del mundo con Alemania en el pasado Mundial de Brasil, también luce el nombre de su hijo, Leon, así como su fecha de nacimiento, 14-08-2013, en su antebrazo izquierdo. Más arriba, lleva marcado el nombre su hermano, Felix, y una carta, el as de picas.

Sergio Ramos
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6. Sergio Ramos. Por ahora, otro madridista muy aficionado a los tatuajes, Sergio Ramos, no parece haberse decidido aún a marcar en su cuerpo el nombre de su retoño, Sergio, fruto de su relación con la presentadora Pilar Rubio. Por el momento, el último tatuaje que adorna su cuerpo es el de la Copa de Europa, en referencia a la Décima para el club blanco, conquistada ante el Atlético a finales del pasado mes de mayo en Lisboa. En su cuerpo, una suerte de lienzo marcado a base de horas de aguja y tinta, lleva varias referencias a personas importantes en su vida, como la frase “Nunca me olvidaré de ti”, en referencia al fallecido Antonio Puerta, con quien compartió vestuario en las filas del Sevilla.

Fernando Torres
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7. Fernando Torres. Otros jugadores españoles, como Fernando Torres o Álvaro Negredo, llevan también en su cuerpo el nombre de sus hijos. Negredo, de manera discreta, sobre el empeine de su pie izquierdo. El Niño, cuyo posible retorno al Atlético de Madrid ha sido objeto de especulación en los últimos tiempos, lleva dibujados los nombres de Leo y Nora, sus hijos, así como los de su esposa, Olalla, junto con otros muchos motivos que decoran también su cuerpo, especialmente en brazos y piernas.

David Beckham
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8. David Beckham. Este pequeño repaso del amor paternal en forma de tatuaje no podía olvidarse de David Beckham. El ex jugador de, entre otros, el Real Madrid o el Manchester United fue el primer futbolista que realmente supo explotar su imagen a nivel comercial. Imitado por muchos, algunos de los mucho tatuajes que lleva inscritos en su cuerpo han sido imitados a lo largo y ancho del globo. Cuatro de ellos, no obstante, son del todo personales e intransferibles. Brooklyn, su primogénito, nacido en 1999, está escrito en la parte baja de su espalda. Romeo y Cruz, por su parte, se encuentran escritos también en la espalda, en la cabeza y los pies, respectivamente, de un ángel que ocupa casi toda la zona. Su hija, Harper, mientras, tiene un lugar reservado en su pecho, en el lado izquierdo, justo debajo del cuello. Pese a dejar constancia escrita sobre su propio cuerpo del amor que siente por sus hijos, el inglés tuvo un desliz casi imperdonable para con los más pequeños hace ahora muy poco: los dejó en el coche durante una hora para ir a una sesión de spinning. Su excusa, según cuentan, fue que les dejó el coche en marcha, con el aire acondicionado puesto. Su relaciones públicas agregaría después que su niñera estaba con ellos. El amor hay que demostrarlo con hechos, no con palabras, por mucho que éstas estén tatuadas.