4 mujeres, 4 modelos y 2 colores. Hasta ahí la parte numérica, pasemos a ahora a la parte más divertida: los detalles. Anoche se celebraron los premios InStyle USA y, para ello, se llevó a cabo una fiesta por todo lo alto. Las invitadas, iconos de la moda en su mayoría, se pusieron sus mejores galas y nos dejaron algunos looks que pasaran a los anales. De nuestras pesadillas o sueños, dependiendo.
Por ejemplo, nos provoca un sudor frío (completamente helado) el estilismo de Kim Kardashian, embarazada de su segundo hijo. Su Valentino blanco con capa recordaba irremediable al Tom Ford que llevó Gwyneth (también invitada a este evento) a los Oscar de hace algunos años, pero no estableceremos comparaciones porque no hay que hacer sangre… nos encantan las curvas de Kim, pero creemos que esto solo hace porque se la atacó diciendo que su estado era falso.
Un look memorable, pero para mal, también es el Alexadre Vauthier alta costura de Alessandra Ambrosio, repleto de aberturas, con un brillo en el pecho terrorífico y tremendamente ‘calorro’ (calorro: dícese de lo cani, choni, con poca clase). Esta 'alta costura' nos hace replantearnos si no hubiera sido mejor optar por algo de ‘prêt-à-porter’…
Otro vestido blanco de la noche fue el de Mirada Kerr, que como corte no era nada de feo y le sentaba bien, pero que si lo examinabas de manera detallada, empezabas a encontrarle fallos. El modelo en cuestión era de Ulyana Sergeenko y lo que más nos chirría de él es el material del cuerpo (el de la falda nos gusta) y las aberturas en los costados por estar cubiertas con una especia de gasa blanquecina que convertía el escultural cuerpo de Miranda en un proyecto de ‘Casper, el fantasma amistoso’. Incomprensible.
¿Y quién sí que aprobó (y además con nota)? Gwyneth Paltrow, que tuvo una de sus mejores noches estilísticas con este modelo de Schiaparelli negro de escote profundísimo hasta el ombligo. El look aportaba algo de luz con los brillantes que unían ambos tirantes del vestido. Un detalle: Paltrow fue homenajeada con el premio a icono estilístico del año, y no pudo estar más a la altura de tal honor.