La tensión es más que evidente entre los participantes de 'Supervivientes 2025' y parece que las cosas están lejos de calmarse. Para muestra, lo ocurrido durante la última prueba de recompensa planteada por el programa, en la que parejas de concursantes debían enfrentarse a un juego con el propósito de comer unas deliciosas tortillas de patatas.
Un juego que desde primera hora ha evidenciado, no solo la competitividad que sigue caracterizando a muchos de los robinsones, sino también cuan afectados comienzan a estar por el hambre que experimentan en los Cayos Cochinos. Prueba de ello quedó en el acalorado duelo que vivieron Anita Williams y Nieves Bolós, del que la segunda resultó vencedora, pero en el que la primera fue también una de las grandes protagonistas.
La organización, obligada a intervenir en directo durante el juego por lo que ha ocurrido
En mitad de la prueba, la organización del programa se ha visto obligada a intervenir en el devenir del reto, ya que las 'supervivientes' se habían enzarzado en una especie de batalla cuerpo a cuerpo imposible de terminar. Era cuando la cosas se iba de las manos que, tal y como hizo con Carmen Alcayde, llevó a Laura Madrueño a pronunciarse pidiendo que "no os hagáis daño" y que "no os agarréis del cuello".
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Una actitud reprobable por parte de ambas que las llevo a empezar el juego de nuevo, y que también generó todo tipo de comentarios entre los telespectadores que siguen el 'reality' vía X, el antiguo Twitter. La mayoría tachando de inadmisible el comportamiento de ambas, aunque en el caso de Anita se extendieron todavía más las críticas a lo largo que avanzó la gala.
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La audiencia, disgustada con las actitudes de Anita Williams durante 'Tierra de nadie'
No solo esto fue lo que el público que comentar el espacio en la red no consideró correcto. Tampoco se vio con buenos ojos que, una vez que se les permitió comer, Williams cogió mucha comida de la sobrante en los platos, generando que los internautas la tachasen de avariciosa. Más todavía de haber reprobado ella misma una actitud similar a sus compañeros en una de las últimas emisiones, cuando ellos ganaron una empanada y no le dejaron probar bocado.
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Ese descontento persistió debido a otras situaciones generadas en directo, como las lágrimas que derramó en el momento que creyó que no podría comer ni un solo trozo de tortilla. O por otras cuestiones, véanse las constantes interrupciones al resto de participantes durante los debates desde el Oráculo de Poseidón. Situaciones de tensión que, ante todo, evidencian que cada vez es más complicado mantener la calma en los Cayos Cochinos cuando se cumplen más de sesenta días de aventura.
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La noche también tuvo momentos de alegría para la barcelonesa
A pesar de que la entrega comenzó de mala manera para ella, cabe destacar que el cierre no fue tan amargo como los instantes anteriores. Empezando por algo tan básico como que, afortunadamente, no resultó elegida para ser la integrante de Furia que pasaba a formar parte de Playa Calma. Eso sí, estuvo a punto. Solo un punto la separaba de Makoke, quien finalmente fue la más votada de entre sus compañeros, pues a ella la habían seleccionado como la que menos aporta al equipo tanto Álvaro Muñoz Escassi como Álex Adrover.
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La cuestión es que el resultado final estuvo de su lado y se ahorró una mudanza, así como la separación de su querido Montoya, con quien convive desde que Carmen Alcayde rehizo los equipos cuando ocupaba la ya inexistente Zona Parásita. Y precisamente de la mano de Montoya se erigió Anita en prelíder, tras volver a dar el máximo en una prueba en la que los concursantes debían mantener el equilibrio sobre el agua, solo sujetándose en una estrecha tabla de madera y unas cuerdas.
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Así, el próximo jueves se enfrentarán de nuevo para determinar quién es el líder del grupo y, por tanto, goza de la inmunidad, puede nominar de forma directa y asegura su continuidad en Honduras durante al menos una semana más. De conseguirlo, será esta la quinta vez que logra la catalana hacerse con el preciado collar que tantos privilegios otorga. Una proeza sin precedentes.