El acoso y derribo de María a Carlos en 'First Dates': "Está muerto en vida"

A ritmo de Fito y Fitipaldis ha llegado Carlos a 'First Dates'. Quiere, como el resto de los comensales, encontrar el amor. Eso sí, él aseguraba ser fácil de complacer: "Yo con una cerveza con mis amigos o mi familia y soy feliz", ha reconocido. El error que ha cometido en el amor es que lo ha dado todo y no ha sido correspondido. Este hombre de 41 años llega al restaurante separado y con dos hijos para encontrar a alguien afín a él. Se ha topado con María. Tiene 37 años y dice que puede que le falte "un vuelta y vuelta". "Puede que sea porque fui madre muy pronto", ha dicho a las cámaras.

La primera impresión para Carlos ha sido buena. Para María no tanto. De lo primero que han hablado ha sido de sus hijos. Ambos tienen dos. Se han contado su trayectoria profesional, pero también se han sincerado sobre una de sus pasiones: la comida. "Es tan importante cocinar como comer", ha reconocido María. Carlos ha desplegado su menú y todas las variedades de tortilla de patatas. "No me han llamado mucho la atención sus opciones", ha apuntado ella a las cámaras de 'First Dates'.

Sus puntos de vista parecen distintos. Carlos y María no han dado la impresión de estar alineados. Pese a eso, se han atrevido a hablar de un tema, digamos, delicado: el sexo. "Para mí el sexo tiene que ser apasionado", le ha dicho la dependienta. "Eso es importante", ha respondido el catalán. "Cuando la cosa no es así, me aburro", ha advertido ella. 

Para Carlos esto ha sido un punto de unión "bastante fuerte". María no ha opinado lo mismo. Estaba convencida de que era demasiado parado para ella y lo ha querido comprar preguntándole si prefiere llevar la voz cantante o que la lleven. "Depende del día", le ha contestado. "Me gusta la pasión, el desenfreno, la locura, dentro de unos límites. Que te cojan y te aten pues no te voy a decir que no. A este chico le falta eso, el hacerte sentir mujer", ha reflexionado ante las cámaras de 'First Dates'. 

María, sin corta ni perezosa, le ha vuelto a incitar: "Tienen que tirar más de ti, eh". "Lo que pasa es que soy prudente, pero lo soy hasta que dejo de serlo. Cuando apagan las luces, la prudencia se queda ahí", le ha contestado Carlos en un intento de hacer más picante la conversación. Sin embargo, la dependienta no lo ha visto así. "Entonces eres de apagar la luz", le ha espetado. "Me parece un poco triste que con la edad que tiene necesite apagar la luz cuando la cosa se cultiva desde antes de que se apague la luz. ¿Qué es lo que haces tú, hijo mío? ¿Qué eres una estrellita de mar?", se ha preguntado. 

La conversación ha seguido esa dinámica. Se ha convertido en un acoso y derribo por parte de María. "Eres muy tranquilo, ¿no? Yo es que soy muy nerviosa", le ha dicho. "Tengo mucho genio, soy un demonio", ha añadido. La catalana estaba convencida de que estaba "muerto en vida". "El espíritu no estaba ahí", ha añadido. Obviamente, no ha querido tener con él una segunda cita: "Creo que te falta un poco de actividad, de venirte arriba sin contar hasta diez. De 0 a 100".