El insomnio ya es uno de los problemas más recurrentes en nuestro país. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20% y un 48% de la población adulta tiene dificultades para dormir. Además, un 10% manifiesta trastornos del sueño graves o crónicos. Los datos son preocupantes y los expertos insisten. Hay que mantener un estilo de vida saludable para mejorar la calidad del sueño. Dejar a un lado la luz azul de las pantallas antes de dormir o establecer una rutina de horarios son solo algunos de los hábitos que pueden marcar la diferencia. Merijn van de Laar, terapeuta del sueño, ha compartido otros elementos clave que nadie tiene que pasar por alto.
La nicotina y la cafeína tienen un efecto estimulante que merma nuestra calidad del sueño
Merijn van de Laar es uno de los mayores gurús sobre sueño del mundo. El experto ha estudiado durante años este estado en busca de respuestas. ¿Por qué nos cuesta tanto dormir? ¿Qué factores influyen? o ¿Qué hábitos podemos mejorar? son algunas de las cuestiones más frecuentes para las que ha encontrado una respuesta. El terapeuta ha comparado la forma en la que dormían los cavernícolas con la nuestra en una de sus publicaciones más populares para encontrar diferencias determinantes.
"Basándonos en los hallazgos arqueológicos, podemos concluir que la noche era peligrosa, y que la decisión entre dormir y estar despierto no debía ser tomada a la ligera", cuenta en su libro 'Cómo dormir como un cavernícola'. Aunque no se pueden conocer con detalle ciertas rutinas de nuestros antepasados, las investigaciones deMerijn van de Laar han esclarecido varios asuntos relacionados con el sueño.
"No sabemos cómo dormían los pueblos primitivos, pero investigar cómo duermen las tribus modernas que aún viven en las mismas circunstancias ha marcado una diferencia importante. En estas tribus, no les preocupaba tanto permanecer despiertos porque era una parte natural de la noche. A partir de hallazgos arqueológicos, podemos concluir que los pueblos primitivos utilizaban alcaloides extraídos de plantas. Estas sustancias tienen un efecto activador que puede dificultar el sueño. Muchas de las sustancias que consumimos hoy en día, como drogas recreativas, pero también en la vida diaria, como la nicotina y la cafeína, también tienen un efecto estimulante", cuenta en ‘Informativos Telecinco’.
Este hallazgo refuerza las conclusiones de varios estudios científicos. Las bebidas azucaradas y estimulantes son perjudiciales para conciliar el sueño, especialmente cuando se consumen por la tarde o durante la noche. Además, pueden provocar problemas más graves a largo plazo como el insomnio. Pero esto no es todo. La exposición a la luz azul de los dispositivos digitales también influye, pese a no ser un factor determinante.
“Si miras la hora o estás muy ocupado con el reloj durante la noche, puede empeorar tus problemas de sueño", añade en el citado medio. Mantener la mente ocupada en mitad de la noche y preocuparnos más de la cuenta también es un factor que dificulta la calidad del sueño. En su lugar, debemos intentar desconectar de lo que nos rodea. "En la práctica, veo que muchas personas esperan de su cuerpo algo que no está en él, lo que genera más frustración, más tensión y peor sueño. Conocer el sueño es el primer paso hacia la recuperación”, cuenta el terapeuta.
En su libro, el experto también señala que, aunque nuestros antepasados dormían menos de siete u ocho horas al día tenían mejor calidad sueño y descansaban más que nosotros en la actualidad. Esto se debe a la falta de preocupación y exposición a dispositivos. Aun así, el experto ha dejado claro que las horas de sueño en cada persona pueden ser distintas. “Una persona dirá que durmió bien con seis horas de sueño y dos horas de vigilia. En la tribu Hadza de Tanzania, es muy normal permanecer despierto casi dos horas y media por noche. La cantidad de sueño varía en cada persona. De promedio, las personas duermen entre seis y ocho horas por noche. No es que alguien que duerme seis horas sea necesariamente menos saludable que alguien que duerme ocho. Es importante conocer sus necesidades personales de sueño", cuenta el experto.
En cualquier caso, es realmente importante que las horas que dedicamos a dormir cada día sean de calidad. El cuerpo necesita cumplir con un mínimo de cinco ciclos de unos 90 minutos para sentirse descansado y recuperar la energía que ha gastado durante el día.