¿Eres de las que no arrancan el día sin un buen café o prefieres esperar a media mañana para degustar la primera taza? En lo que respecta al café, hay gustos miles. Hay quienes lo toman con leche, solo o americano, quienes toman cinco tazas al día y quienes apenas toman una. Pero lo cierto es que nadie es ajeno a sus beneficios, y cuando el cansancio o el sueño llaman a la puerta, todos hacemos uso rápido de sus efectos para mantenernos despiertos.
La pregunta que debemos hacernos, por tanto, es, ¿cómo afecta el café a nuestra salud? Y la respuesta que da la ciencia es, cuanto menos, prometedora. El café no solo no es malo, sino que puede tener un efecto protector sobre la salud cardiovascular. Así lo ha contado Boticaria García, doctora en Farmacia y nutricionista, en Zapeando.
El oro marrón
Del café se han dicho muchas cosas. Hace unos años, había quienes aseguraban que no era especialmente beneficioso para la salud. Pero las últimas investigaciones apuntan a todo lo contrario. Así lo asegura Boticaria García en su intervención en el programa de LaSexta, en el que cita a un estudio realizado con 40.000 personas. Tras observar a los participantes y su consumo de café, “se llegó a la conclusión de que tomar un café por la mañana reduce un 30% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular o un derrame”, explica García.
La cosa no acaba ahí. Esta taza mañanera, apunta el estudio, puede reducir en un 20% el riesgo de sufrir cualquier otra dolencia, del tipo que sea.
Nunca a primera hora de la mañana
Frente a este estudio que asegura que tomar una taza de café por la mañana es muy positivo para la salud, hay otros que matizan sus resultados. Y es que, durante las primeras horas tras despertarnos, aseguran los expertos, no es buena idea beber café.La razón la explica Boticaria, y tiene que ver con la famosa hormona del estrés, el cortisol.
El cortisol, expone la experta, es la hormona “que regula el estado de alerta, la energía” y cuando acabamos de despertarnos sus niveles son especialmente altos. Es decir, entre las 6 y las 9 de la mañana. “Lo que dicen los estudios”, continua la nutricionista, “es que beber café a esa hora puede no ser tan efectivo porque el cuerpo ya está naturalmente alerta por el cortisol”.
Es decir, que, según esta teoría, “la cafeína podría interferir en la producción natural del cortisol y hace que dependas más del café a largo plazo”. Tener una buena relación con esta hormona es esencial no solo para mantener nuestro cerebro alerta, sino también para tener una buena salud general. Y es que los niveles desequilibrados de cortisol se asocian a la famosa inflamación crónica, que tan peligrosa puede ser para nuestro cuerpo.
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La ventana de oportunidad
Siguiendo lo que dicen estos estudios, Boticaria se pronuncia al fin sobre cuál es la mejor hora del día para tomar café. Según ella, esta ventana de oportunidad se abre entre las 9:30 y las 11:30, que “es la hora fetén, porque aquí el cortisol empieza a bajar y la cafeína se vuelve más efectiva”. Es decir, que a esta hora “se potencian los efectos del café sin interferir con el ritmo natural del cuerpo”.
Por supuesto, la experta también ha hablado de lo que sucede cuando tomamos café por las tardes, porque los estudios que explican los beneficios de este elixir de cafeína aseguran que las tazas después del mediodía carecen de ventajas. Es decir, si te tomas un café por la tarde no estás protegiendo tu corazón, aunque tampoco lo estás perjudicando.
“No tiene por qué ser malo”, explica García, “pero el tema es que, si tomas café por la tarde, en el estudio no se vio que tuvieras ese beneficio extra. Lo que sí sabemos es que tomar café después del medio día te puede alterar los ritmos circadianos y provocarte trastornos de sueño, porque la cafeína puede interferir con la producción de melatonina, que se produce cuando se pone el sol y es clave para conciliar el sueño”.
El número perfecto de tazas al día
Otro tema cuánto menos polémico, que García ha aclarado en su intervención en Zapeando es el número de tazas que se recomiendan tomar al día. En este sentido, el estudio que citamos al comienzo también es concluyente.
Según la explicación de la experta, “lo que se vio en este estudio es que se obtenían mejores resultados cuando se consumen tres cafés al día, pero con una sola taza también tendrías ese factor cardioprotector en el organismo”.
A partir de estas tres tazas, continua, “la curva de beneficios se aplana. Es decir, que no hay beneficio por tomar cuatro o cinco tazas”. Aun así, aclara la experta, se pueden tomar hasta cinco tazas al día si tienes unas condiciones óptimas de salud, aunque por lo general a partir de la cuarta o quinta taza el efecto de café no es otro que ponernos nerviosos.