Quien tiene un perro, tiene un regalo. Con su cariño infinito, su paciencia y su despreocupada forma de vivir la vida, estos amigos de cuatro patas han cambiado la historia de la humanidad. Hace más de 30.000 años que caminan a nuestro lado, y se han convertido en pilares de muchas de nuestras familias. Pero ¿qué tienen los perros que nos marcan tanto?
Alba Ciordia sabe de primera mano cómo te pueden cambiar la vida los perros. Tras una dolorosa pérdida, Claire, una hermosa Golden, llegó a su vida para ponerlo patas arriba, en el mejor sentido de la palabra. En esta entrevista para Lecturas nos cuenta su propia experiencia con los perros, cuáles son las lecciones que nos pueden enseñar y cómo pueden revolucionar nuestro bienestar con su simple presencia.
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En tu libro, Algo más que compañía, nos hablas de esta relación tan especial que tenemos con los perros. ¿Qué han significado para ti los perros en tu vida?
A raíz de la muerte de mi madre, cuando yo tenía siete años, mi único deseo y pensamiento era tener un perro. Tenía como ese motor interno, una llamada que me decía “quiero un perro, quiero un perro, quiero un perro”. Lo que pasa es que, a diferencia de muchos niños, que también les suele pasar esto a una edad temprana, a mí ese deseo de tener un perro nunca se me fue. Pero por circunstancias en mi familia, que no eran de tener perro, nunca se dio la oportunidad.
Yo seguía con esa idea en la cabeza hasta que, por fin, casi a los 30 años, conseguí tener a Claire. Y me cambió por completo la vida.
También llegó a raíz de la muerte de mi abuela materna, con la que yo estaba viviendo, y fue unos meses después cuando llegó Claire. Y me dio una ilusión nueva, me dio motivación, me dio ganas de salir adelante, un propósito cada día. Al ser un ser vivo que dependía de mí, que estaba a mi cargo… Me ilusionó muchísimo toda la parte de educación, de cuidados, y era realmente lo que me ilusionaba.
En aquel entonces, yo estaba en un trabajo que no me motivaba y mi única ilusión cada día era a las 6 de la tarde, cuando salía de la oficina, volver corriendo a casa para estar con ella, pasar tiempo a su lado y aprender cada día más y más sobre el mundo de los perros. Y así fue como empecé también a formarme en este sector. Primero con temas de educación canina, luego temas de nutrición, terapias con perros, aromaterapia aplicada a los animales. Y bueno, ha sido un mundo maravilloso.
¿Cuál consideras que es la mayor lección que has aprendido de tus compañeros peludos?
Para mí la mayor lección ha sido aprender a vivir el presente, que es algo muy difícil y que creo que a los seres humanos en general nos cuesta mucho. A mí personalmente también me ha resultado un reto a lo largo de mi vida, porque he estado mucho en el hacer, en producir, en ese mandato que tenemos un poco grabado a fuego por la sociedad, por el entorno, que nos dice que sólo si somos exitosos, si estamos haciendo y produciendo, la vida parece tiene sentido. Y realmente no es así.
Gracias a Claire, a su calma, a su estar, a esta presencia, me he dado cuenta de que la magia de la vida está precisamente en el ser, en encontrar esos momentos en el ahora, en pararse, en disfrutar de lo que hay, en agradecer el camino y en simplemente vivir. Cuando observas a los perros cómo se comportan, para mí es un recordatorio diario de dónde está lo verdaderamente importante.
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¿Qué has aprendido de la vida a través del ritmo y las necesidades de Claire?
Pues fíjate cómo es la vida, que cuando Claire aparece en mi vida, a los pocos meses empezó a tener varias enfermedades, una tras otra. Y ha sido un reto, porque cuando deseas algo tanto en tu vida y estás tantos años esperando, y de repente cuando llega te plantas en esta situación de enfermedades complicadas, de tratamientos continuos, operaciones y una situación de dependencia, te cambia la perspectiva. Porque actualmente Claire es una perrita completamente dependiente: necesita lágrima artificial para los ojos cada 15-20 minutos, tratamientos para la tiroides, suplementación especial, requiere un cuidado que es diferente a otros perros y una atención que también ha hecho que yo tenga que adaptar todo mi estilo de vida.
Y fíjate que al principio genera mucha frustración ver que ella tiene que lidiar con esta enfermedad y que para mí también genera mucha impotencia, pero luego me di cuenta de que, gracias a poder ofrecerle este cuidado a ella, este tiempo, esta dedicación… En el fondo una situación que puede parecer algo negativo, como es una enfermedad de este tipo, se convirtió en algo positivo. Porque ella me hizo conectar con el amor, el amor a través de ese cuidado genuino, esa entrega por mi parte, y en el fondo me di cuenta de que el regalo realmente me lo estaba haciendo ella, porque me había permitido poder conectar con ese amor infinito que estaba dentro de mí, pero que yo no sabía y que se despertó gracias a los cuidados y las necesidades que ella tenía.
Cada vez más escuchamos hablar de los beneficios emocionales que tienen las mascotas en nuestra vida. En el caso de los perros, ¿cómo pueden mejorar nuestras vidas?
Mira, hay muchísimos estudios en esta línea. De hecho, cuando me formé en terapias asistidas con animales, es uno de los temas principales que están estudiados. Los perros generan oxitocina y ayudan a bajar el cortisol, simplemente con su presencia. Por eso se utilizan mucho con niños que tienen discapacidad, con niños que tienen hiperactividad, con niños con autismo… Incluso en juicios, en la Comunidad de Madrid, hay programas que llevan estos perros de acompañamiento porque está demostrado que ayudan a bajar el estrés y esto es algo que también he notado muchísimo con Claire.
Yo he padecido problemas de ansiedad durante mucho tiempo y me he tratado con diferentes profesionales. Pero estar con ella, simplemente con esta presencia que te comentaba antes, a mí me ha ayudado muchísimo a regularme. Los paseos con ella, obligarme a salir a pasear, estar en contacto con la naturaleza, respirar el aire escuchar los pájaros, estar en el sol, ver cómo ella disfruta corriendo por la playa y de esos rayitos de sol y de ese contacto con lo natural… A mí me ha ayudado también muchísimo a reducir los niveles de estrés y ha sido una terapia tanto a nivel psicológico, como a nivel físico, porque esa recarga yo también la he notado mucho en el cuerpo.
Hay otra cosa que destacaría aquí, y es que los perros, que son tan genuinos y que son como niños pequeños, hacen que sea imposible que no te saquen una sonrisa o una carcajada. Entonces, esa positividad que despiertan con su ingenuidad, para mí también ha sido muy valiosa. Porque al final, parece que nos enrolamos en cosas del día a día, que parece que nos parecen super graves, y luego los ves, como veo yo a Claire o a Brianna, de esa manera tan espontánea y es imposible no reírse. A lo mejor has tenido un mal día o tienes un problema que te ronda la cabeza, y en ese momento es mágico, desaparece con esa risa, con ese momento de diversión, con esa ocurrencia que han tenido y eso también me parece increíble.
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¿Cómo es posible que los perros parezcan entendernos tan bien, incluso sin palabras?
Esto es algo que justamente he comentado mucho en las charlas que he dado estos días, y es que, para mí, una de las lecciones más valiosas que me han dado los perros es precisamente que no hablan.
Porque los seres humanos, en nuestra comunicación verbal, parece que nos sentimos superiores a otras especies. Sin embargo, a mí, una de las reflexiones que he tenido observando a los perros es que en el fondo tenemos que conectar más con el cuerpo. Conectar con las emociones, conectar con esa intuición que ellos tienen tan desarrollada. Nosotros estamos mucho en la mente, y al final, en la vida, muchas veces en las decisiones importantes, no se trata tanto de la parte racional, sino de qué señales y qué sensaciones estamos notando en el cuerpo, estamos percibiendo, y eso es algo que ellos tienen muy potenciado.
Por ejemplo, una anécdota que me sucedió hace unos meses, Me quedé embarazada y esto luego desencadenó un aborto. Y fueron ellas las que se dieron cuenta, Las dos tuvieron un cambio en su actitud respecto a mí. Incluso, en momentos en los que yo he estado mal, en épocas de mi vida que en las que he estado pasando por momentos de transición o de transformación personal, Claire también lo notaba, Claire también sabía cuándo yo necesitaba ese acompañamiento, cuando yo, a lo mejor, no tenía muchas fuerzas, muchas ganas para salir a la calle. Pero ella simplemente estaba ahí, a mi lado, haciéndome esa compañía, sentándose en el sofá conmigo.
Y ellos perciben todo, perciben absolutamente todos nuestros cambios de humor. Creo que todos los que hemos tenido perro sabemos que son conscientes de todas las etapas por las que pasamos.
Hablas del amor incondicional de los perros. ¿Cómo impacta este amor en nuestras vidas? ¿Qué ha significado para ti?
Ellos despiertan en nosotros esa entrega que nos ofrecen de manera completamente incondicional, desde que llegan a nuestra vida. Y es completamente genuina, no importa lo que hagas, no importa tu apariencia, no importa lo que tengas, no importa cómo te comuniques, no importa si eres más o menos exitoso, no importa si vives en una casa más o menos pequeña.
Ellos sólo quieren presencia, sólo quieren tu compañía, sólo quieren disfrutar de la hora, de un paseo, de estar contigo. Al final es una lección de vida supervaliosa, porque nos hace recordar precisamente esto, que todo lo demás es accesorio, que todo lo demás no importa, que para ellos lo único importante es estar contigo, pasar tiempo de calidad contigo. Es algo a lo que tenemos que ponerle mucha conciencia y que creo que se nos olvida con la vorágine del día a día, esta hiperconectividad que tenemos. Nos olvidamos de lo más importante, de pasar tiempo con nuestros seres queridos. Lo damos por hecho, pero no deberíamos.
Es algo que yo intento recordarme cada día y que para mí esa es una muestra de ese amor incondicional que ellos tienen hacia nosotros y que también nosotros tenemos para ofrecer al mundo y para ofrecer a nuestros seres queridos.
No podemos ser egoístas, toca pensar también en ellos. Como fundadora de una marca de productos para perros y experta en la vida con perros, ¿qué debemos darles a nuestros perros para que sean felices?
Para mí lo principal es tiempo de calidad. Ellos lo que quieren es tiempo de calidad contigo. Y tiempo de calidad contigo es que te organices, que hagas paseos largos. Que no sean paseos rutinarios de 5-10 minutos, un pipí, una caca, rápido y volver a casa, no. Mínimo un paseo de calidad al día, de los tres paseos habituales que suele hacer la gente. Estamos hablando de una hora y media de paseo, óptimo si pueden ser dos, y que durante ese tiempo ellos tengan momentos sin correa para que puedan correr en libertad, explorar, olfatear, idealmente con un poco de contacto con la naturaleza.
Luego, con relación a la alimentación, ahora hay muchas más opciones comparado con hace unos años. Ahora hay opciones de alimentación natural, por lo que podemos intentar dentro de lo posible, darles cierta alimentación natural. Si no es todo, aunque sea un porcentaje. Es esencial para mejorar su calidad de vida y su salud a largo plazo.
Estas dos cosas, paseos y de alimentación, para mí serían la clave. De hecho, en esta línea van todos los productos de mi marca que abogan por buscar un equilibrio y por utilizar productos que sean verdaderamente respetuosos para ellos.
¿Qué consejo darías a quienes aún no han descubierto el poder transformador del amor perruno?
Si alguna vez se han planteado tener un perro, les diría que den el paso. Que lean mi libro, a ver si les inspira y les motiva.
Porque es un amor completamente diferente, es genuino, es puro. Te hace conectar con ese niño, esa niña interna que todos llevamos dentro, con la parte más mágica y más pura de la vida. Sin juicio, simplemente disfrutando y entregándose. Para mí es un regalo increíble y de verdad que creo que todo el mundo debería pasar alguna vez en su vida por la experiencia de compartir algunos años de su vida con un perro.