Cualquier excusa es buena. En España, a diferencia de otros países de Europa, somos un poco más relajados con eso de llegar tarde, sobre todo si hay confianza o la cita es por ocio, en el terreno meramente social. Nos aprieta menos el reloj que a algunos de nuestros vecinos europeos.
Cuando la puerta a la que hay que llamar es la de la oficina, la empresa o el local en el que trabajamos, nos esforzamos algo más con la puntualidad. Muchas compañías apuestan, no obstante, por una jornada flexible, para evitar jugar al 'susto o muerte' al final de la jornada laboral.
La impuntualidad puede ser un motivo de despido y así nos lo confirma el abogado Jorge Mora, que desde su portal 'Nosoloderecho' resuelve numerosas dudas relacionadas con el trabajo, pero sobre todo con reclamaciones y conflictos ligados al campo del consumo.
En la revista Lecturas hemos hablado con él para trasladarle algunas de las consultas que hemos recopilado en la redacción para dar respuesta a esas preguntas que nos quitan el sueño cuando pensamos en las consecuencias que pueden tener determinadas conductas en nuestro lugar de trabajo.
La puntualidad en el trabajo
Todo depende de lo que hayamos pactado. Hay empresas que permiten la entrada flexible con un mínimo y un máximo, lo que condicionará también la hora de salida, cumpliendo con el horario global que tengamos por contrato.
Nuestro abogado de cabecera, Jorge Mora, nos explica que, efectivamente, "el incumplimiento del horario de trabajo puede tener consecuencias graves" y que, además, "de acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores se trata de un incumplimiento laboral". No obstante, también añade que "no hay una regla única".
"Llegar tarde de forma esporádica o con causas justificadas, como puede ser un problema con el transporte o una enfermedad leve, no suele ser causa suficiente de despido", matiza el experto. Sería "la reiteración o la falta de justificación" la que "puede derivar en despido disciplinario por transgresión de la buena fe contractual".
Descuento en el salario y causa de despido
La clave para que haya consecuencias que puedan afectar a nuestra estabilidad laboral si nos despistamos demasiado con la hora de entrada reside "en si hay una conducta continuada que afecte gravemente al desempeño o a la organización", tal y como nos explica con detalle Jorge Mora.
En ese sentido, continúa el abogado, "las sanciones por retrasos pueden ir desde el descuento del sueldo correspondiente al tiempo no trabajado -hubo sentencia del Tribunal Supremo a este respecto en 2021-, a las amonestaciones y sanciones; e incluso, en último término, al despido sin indemnización".
Además, el experto nos recomienda acudir a especialistas legales si tenemos algún conflicto que nos genere dudas: "La empresa tiene derecho a exigir las condiciones pactadas en contrato pero si el trabajador entiende que la causa no es suficiente, mi consejo siempre es que acuda a profesionales para estudiar su caso e interponer las acciones legales oportunas en defensa de sus derechos".
Nuestros vecinos europeos
Tal y como comentábamos, el caso de España es particular si nos comparamos con algunos de nuestros vecinos europeos. Aquí nos podemos llevar una buena reprimenda de nuestros amigos o nuestra pareja si llegamos tarde a la cita, pero no suelen saltar las alarmas ni está, por así decirlo, tan mal visto como en otros países.
En Alemania se recibe como una ofensa y son extremadamente juiciosos en este aspecto, llegando incluso cinco o diez minutos antes. En el caso de Reino Unido impera la ya conocida "puntualidad británica", que aunque también permite cierto adelanto, nos incita a llegar exactamente cuando corresponde. De no hacerlo, será considerado como una absoluta falta de respeto porque estamos incumpliendo una absoluta norma social.
En muchos de estos lugares se sorprenden con nuestra excesiva flexibilidad, ya que para ellos puede ser considerada como un síntoma de mala educación, falta de decoro y un fallo en la etiqueta necesaria para estar en la pomada de la sociedad y cumplir con lo que debe hacerse.
De todos modos, el colmo de la impuntualidad no estaría en nuestro país y, ni siquiera, en este continente. Según 'Univisión', en México se permite un margen de 30 minutos, mientras en China tampoco ven con malos ojos llegar hasta 10 minutos tarde. En Japón, sin embargo, un solo minuto ya es demasiado.
