Dulce tiene una formación intelectual escasa y es muy consciente de sus limitaciones

27 de septiembre de 2018, 11:38

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Hay personas que me producen mucha ternura y Dulce es una de ellas. El sábado llegó al plató dispuesta a cargarse a la Pantoja pero le pudieron los nervios y su intervención navegó entre el desastre y la hecatombe. Dulce es una mujer con una formación intelectual escasa y ella es muy consciente de sus limitaciones. De ahí su inseguridad y su timidez casi enfermiza, diría yo.

Acostumbrada a vivir toda una vida a la sombra de la tonadillera ahora que tiene los cañones a su persona se encuentra desubicada, a la deriva. Su lugar en el mundo era cuidar a Chabelita y ahora que la niña vuela por sí sola Dulce vive sin vivir en ella, preguntándose qué hacer para rellenar una vida exenta de alicientes y motivaciones.

Tras su intervención en Sábado Deluxe le dio tal siroco que tuvimos que avisar al personal médico. Se encargaron de acompañarla Antonio Rossi, María Patiño y Gema López porque ya no tiene representante. La llevaba Sonia –que también es la de Chabelita- pero ahora Dulce va por libre, que es la peor manera que puede ir por la vida una persona tan dependiente.

Escribo esto un domingo bien temprano desde la cama. Ayer, al acabar el programa, estuve a punto de liar a Belén Rodríguez para que me acompañara a dar un garbeo por la noche madrileña. Al final, después de muchos “que sí que no” Belén soltó una frase lapidaria: “Mejor que nos vayamos a casa porque si no mañana nos arrepentiremos”. Y eso fue lo que hicimos. Y aquí a estoy, a las diez de la mañan, despejado y escribiendo pero sin nada que contar a mis amigos. Tanta responsabilidad me está llevando al aburrimiento más extremo. Tendré que empezar a tomar cartas en el asunto.

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