Escribe Peñafiel en LOC acerca del encuentro que Boris Izaguirre mantuvo con Letizia el Día de Cervantes. Lo califica de “cortesano servil de nuevo cuño” y advierte que con su impropio comportamiento “se le vio el pelo de la dehesa”. Eso sí: Peñafiel llama a Izaguirre “querido Boris” y advierte que les une una vieja amistad.

 

Peñafiel tiene la habilidad de lanzarte una piedra y esconder la mano de tal manera que incluso luego te sorprendes a ti mismo agradeciéndole que te haya dejado un ojo tuerto. Creo que Boris no se merece un tortazo como el que le ha dedicado Peñafiel. Es un compañero educado y amable, siempre dispuesto a regalarte una sonrisa y a decirte algo agradable. No abunda en nuestra profesión gente como él. Se le debería declarar especie protegida.