Hacía tiempo que no venían al programa y les echábamos de menos. La pareja es nuestra particular droga de la felicidad: vienen de vez en cuando, nos metemos un chute de ellos y tenemos para seguir tirando una temporadita más. Da igual lo que hagan: la audiencia les acompaña siempre. Disfrutan con las salidas de pata de banco de Mario y con la sensatez de Alaska. Con ellos puedes hablar de todo porque de todo saben y si no, como es el caso de Mario, se lo inventa.

En un ratito que nos quedamos solos le digo a Alaska que me encantaría tener tiempo para meterme en un quirófano y reconstruirme entero. Hablamos de liposucciones, de lo poco que sirven si luego no te cuidas, de lo difícil que es tener la fuerza de voluntad siempre a punto, de la necesidad de no descuidarse. Tengo que contarle esta conversación a Terelu. En ese terreno, como en otros muchos, no está sola.