Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

Por la alfombra roja se pasea una rubia de lo más llamativa. Ha cubierto su cuerpo absolutamente fibrado con un minivestido negro con detalles de encaje. Cuando uno alcanza a ver su rostro, algo sucede. Nos suena, pero no la ubicamos. Ella no puede ser la Roxie Hart de ‘Chicago’, y mucho menos Bridget Jones. Su sonrisa, algo tímida, la delata. Por mucho que nos cueste creerlo, esa mujer es Renée Zellweger, quien ha mutado en alguien que se nos hace familiar, pero extraño al fin y al cabo.

La búsqueda un rostro más anguloso

El doctor Iván Mañero, cirujano, lo tiene claro. Este cambio en su aspecto se debe a una cuestión fundamental: la búsqueda de un rostro más anguloso. La actriz, cansada de su imagen aniñada, casi infantil, ha optado por sacar su lado más andrógino. ¿Y cómo lo ha conseguido? Zellweger ha querido deshacerse de la grasa de su rostro, esa que le otorgaba esa apariencia redondeada. Para ello no ha dudado en someterse a la extracción de las bolas de grasa, llamadas de Bichat, que se encuentran en la zona de la mandíbula, y que le otorgaban una apariencia mucho más dulce a su cara. Además, también se habría realizado un implante de pómulos, que contribuirían a esa nueva imagen, mucho más angulosa, de la que nos habla el doctor.

Nueva vida mucho más sana

Pero esto no ha sido todo, en su empeño por labrarse un nuevo rostro completamente alejada de la anterior, Mañero y la experta en estética Karima Bennaim observan una modificación en el tono de la piel. Se acabó esa palidez cercana a la de las damas del siglo XVIII, ahora Renée busca lucir una piel bronceada, con un aspecto más saludable y acorde con su nuevo estilo. Sí, porque la actriz asegura que ahora lleva una vida completamente distinta a la que llevaba antes, y esto sería, justamente, lo que habría obrado “el milagro” de su nueva apariencia. Ejercicio al aire libre, una existencia de lo más ordenada y hábitos alimenticios cuidadísimos.

Los expertos con los que hemos consultado no le quitan del todo la razón a Renée. Karima considera fundamental una buena alimentación y un descanso adecuado para poder lucir una piel tan fabulosa como de la que presume. Este ‘lifestyle’ mucho más sano habría conseguido que perdiera peso y así, que su rostro se viera más marcado y huesudo. Algo en lo que coincide Mañero, quien cree que sus ojos, una de las partes en la que más se ha notado el cambio, no han sido tocados por la cirugía, sino que se han ganado protagonismo debido a la reducción de la grasa en el rostro.

Tratamientos y cambio de maquillaje

Eliminar tanta grasa del rostro podría tener una consecuencia nefasta para la apariencia de Renée, pero la actriz ha sido precavida y ha cuidado su piel con tratamientos para recuperar la elasticidad y que no le quedara fláccida. Radiofrecuencia, tratamientos de oxigenación o de colágeno, según apunta la experta en estética, habrían sido algunos de los procedimientos que podría haber estado recibiendo de manera continuada, algo clave para recuperar la tersura de la piel.

A todos estos cambios producidos tanto en el interior como en el exterior de la estadounidense, habría que sumarle uno más: la actriz ha alterado su manera de maquillarse. Sí, esto también es parte fundamental de su transformación y ha cambiado los tonos frambuesas, relacionados con la juventud, a unos mucho más naturales. Gato, maquillador oficial de Maybelline, asegura que “el maquillaje se ha adaptado a su nueva imagen”.

El doctor Mañero ha visto un aumento en los labios de la actriz, quien antes se los pintaba en colores llamativos de tal manera que simulaba tenerlos más carnosos, pero ahora que realmente los tiene, apuesta por brillos y colores más rosados y nudes. Ha pasado, como bien dice Gato, de potenciar sus labios a sus ojos, algo que también influye en que la veamos tan diferente.

Operaciones de cirugía, un cambio en sus hábitos de vida, los mejores tratamientos ‘beauty’ y una manera diferente de maquillarse, son los pilares que han hecho veamos a Renee casi como una desconocida. Ella está de lo más satisfecha con su transformación, en cambio, sus seguidores no saben qué opinar, algunos adoran su nueva imagen y otros siguen prefiriendo a la Zellweger de cara redonda que conocimos a mediados de los noventa.