'Sábado Deluxe': José María Gil Silgado desprecia en directo a su hija Anabel

El empresario no perdona a su hija, a quien le niega la palabra y el cariño. "No tengo ninguna gana de darle un abrazo a mi hija"

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“Lo que habla de nosotros es todo mentira”, dijo tajante Anabel Gil Silgado en directo en ‘Sábado Deluxe’ en la noche en la que su padre, José María Gil Silgado, se sentó en el programa de Jorge Javier Vázquez para arremeter duramente contra Julio Ruz. El empresario se niega a mantener una conversación con su hija, que recalcó en varias ocasiones, que no hablan ni mantienen ningún tipo de relación desde hace años.

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Gil Silgado

“Desde julio de 2010 desaparece”. “De 17 coches que dice que nos dio, nada. Cuando cumplí 18 años me compró un coche, un buen coche, me hicieron una fiesta muy bonita”, contó. “Está haciendo el ridículo”, continuaba Anabel ante la mirada impasible de su padre, que desde que empezó su relación con la Miss jienense desapareció de sus vidas.

“Es un mentiroso patológico”, apostilló. “Primero te ha dicho que nos regaló un piso de un millón y medio de euros y después ha dicho que era de mi madre, ¿en qué quedamos? Mi madre le dio poderes y esto está donde tiene que estar, pero como hoy no podemos hablar de eso. Lo que tiene que hacer él es ir a los juzgados para que se pueda solucionar el abandono de familia. Llevamos años retrasando el juicio porque él no se presenta”.

En el momento más crítico de su situación económica, cuenta la hija de Gil Silgado que se personó en su despacho para brindarle su ayuda. “El barco se está hundiendo y tú tienes la cabeza en Pamplona y yo estoy aquí para ayudarte, así que vamos a centrarnos porque a mí la crisis me da igual y te considero un tío inteligente. Cuando esté todo reflotado, tú te vas con quien te dé la gana”, cuenta. Y la respuesta de entonces del padre de la primera hija de María Jesús Ruiz fue: “yo no necesito tu ayuda porque el día que me quiten una propiedad te permitiré que me digas lo que me acabas de decir”.

Cuando terminó de contarlo, el empresario, que no abría la boca, se rio. “Se ríe porque se la pela todo”, reaccionó su hija. “No tengo ninguna gana de darle un abrazo a mi hija”, espetó. “En absoluto”, apostilló.

¿Y por qué perdona a María Jesús y no a su hija? “Son situaciones diferentes”, concluyó Gil Silgado poco antes de que su hija contara que mientras la de Jaén se paseaba con un deportivo de lujo en su casa vendían cuadros porque se morían de hambre.

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