Solo ha habido una persona por la que Alba Carrillo se ha dado una tregua con las polémicas. Ese es su novio David Vallespín. La ocasión lo merecía con creces y es que la pareja acaba de cumplir un año de relación. Ha sido un año intenso para ambos. Cuando parecía que todo lo que envolvía a Carrillo eran fuegos que debía apagar, apareció David. Ambos exprimían al máximo el tiempo que les quedaba hasta que, en abril, Alba hizo las maletas rumbo a Honduras para vivir una de las experiencias televisivas más intensas de su vida. Mucho más que 'Supermodelo', y ya es decir, con tanta traición, competitividad y envidias de por medio.

Alba y David se conocían dos meses antes de 'Supervivientes', gracias a los amigos que comparten. Quiso el destino (y la audiencia) que Carrillo, que hizo reiterados amagos de 'espantá', llegara a la finalísima del 'reality' pero, a pesar de los meses que estuvo en la Isla, Vallespín no tuvo ninguna duda en darle una oportunidad a lo que había nacido entre ambos y la esperó.

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La modelo estaba encantada por haber encontrado a este 'coco' de la aeronáutica de futuro prometedor. Al parecer, alguien diametralmente distinto a sus anteriores parejas, y con quien se deshace en halagos cada vez que le preguntan por él. Este fin de semana, han puesto el 'pause' a todos sus deberes, obligaciones y preocupaciones, y han cogido el coche para pasar dos días de enamorados en un lugar que no han querido revelar. Lo que sí se han reservado es una cita en un sitio muy especial para ellos. El sitio donde empezó todo entre ellos. David ha llevado a Alba al restaurante indio en el que tuvieron su primera cita. La pareja ha vivido una velada de lo más especial y nostálgica en la que, seguro, han dado gracias a lo afortunados que son por haberse encontrado.

Después de 'Supervivientes' empezó la verdadera prueba para ellos: disponer de tiempo para conocerse y decidir si continuaban caminando juntos. Y qué mejor que decidirlo con un romántico viaje a Maldivas, viviendo a cuerpo de rey y tostándose al sol. Quizás, en un principio, Alba se resistía a ser rotunda con la relación que estaba naciendo entre ellos y se empeñaba en llamarle 'no-novio', pero el ingeniero de 31 años se ha integrado estupendamente en la familia de Alba, de la misma forma que la modelo ha encajado de fábula en su nueva familia política.