El verano es un momento de disfrute. Los helados, las terrazas, los chiringuitos. Lo mejor de la vida se condensa alrededor de una mesa, con amigos del alma y una buena dosis de baños en la playa o la piscina. Y renunciar a ese disfrute, es como quitarnos años de vida. Mariló Montero lo sabe, y por eso los veranos los disfruta sin obsesiones.
Así lo confesaba en sus redes sociales cuando, al finalizar el verano de 2023, la televisiva compartía su vuelta al entrenamiento. Y es que en lo que se refiere a mantener la figura, la clave no es obsesionarse ni machacarse, es encontrar el equilibrio. Solo así se consiguen auténticos objetivos.
GTRES
La vida no es lineal
Toca aceptar que la vida no es línea. Hay momentos mejores y momentos peores. En los buenos, quizá no te cueste sacar fuerzas para entrenar cada día y mantenerte activa. En los malos, es posible que levantarte de la cama se te haga cuesta arriba. Y en ambos casos, tendrás que medir tus fuerzas para saber hasta dónde puedes pedirte, cuál es tu “darlo todo” del día.
Con determinadas épocas del año pasa lo mismo. Cuando el verano asoma, las ganas de disfrutar se disparan. Las vacaciones nos invitan a relajarnos, a no estar tan atentas como en otras épocas del año, a controlar la dieta. Y está bien que sea así, siempre y cuando de fondo haya buenos hábitos.
Este es el verdadero secreto de cuerpos como el de Mariló Montero. Porque los buenos hábitos no solo te ayudan a cuidar la línea, son buenos para ti y te hacen sentir bien. Volver a ellos cuando se acaban las vacaciones no es un esfuerzo, es un alivio.
Buenos hábitos: la clave de todo
En el caso de Mariló Montero, disfrutar del verano es algo imprescindible. “Yo me he pasado, como oficialmente se hace en verano”, explicaba en sus redes al final de la estación. “Tres kilitos de más” eran la consecuencia. Un precio que se paga con gusto con recuerdos inolvidables entre barbacoas, paseos a por un helado y días de playa.
Estos kilitos de más, sin embargo, desaparecen a base de buenos hábitos en cuanto acaban las vacaciones. “El deporte hay que hacerlo, la alimentación hay que cuidarla”, explicaba la presentadora, pero hay que hacerlo sin obsesión por el peso. “No pasa nada”, decía hablando de esa subida de peso, “hay que vivir, que me gusta disfrutar. Ahora entrenaremos otra vez”.
Sus palabras lo dejan claro. No pasa nada por tener unos meses de disfrute, no te tienes que castigar por vivir el verano a tu manera. Lo importante es que detrás haya buenos hábitos que te permitan seguir cuidándote tras unas semanas de descontrol. Porque si es así, volver a la rutina será tan agradable con bañarse en la piscina en un día de calor.
Disfruta del verano, lo demás vendrá
Disfruta de tus vacaciones y disfruta del verano, porque no hay nada de malo en ello. Volver a cuidarte cuando acabe este periodo no debería ser una penitencia, sino un placer. La clave no está en prohibirte el helado ni en jugar que no volverás a pisar un chiringuito, sino en construir esa base sólida que te sostenga incluso cuando todo a tu alrededor está en modo vacaciones.
Y los hábitos no se construyen a fuerza de voluntad. Requieren de constancia, amabilidad y un enfoque realista. Por eso, te recomendamos ir paso a paso, con conciencia y amor hacia ti misma. Porque esa es la verdadera clave de todo.
- Empieza poco a poco. Para construir hábitos saludables no necesitas hacer todo perfecto de la noche a la mañana. Empieza por buscar rutinas que te den confianza y te ayuden a mantener la constancia.
- Muévete de forma amable. Elige las actividades que disfrutas, no las que se suponen que debes hacer. Camina, nada, baila o entrena en casa, haz lo que mejor se te dé, con lo que más disfrutes, y así volver a hacerlo al volver de vacaciones será un regalo, y no un castigo.
- Come con placer y conciencia. No se trata de castigar los excesos con dietas restrictivas, sino de pensar en la comida como algo que te nutre, te equilibra y te hace sentir bien. Escucha a tu cuerpo, descubre qué alimentos hacen feliz a tu mente y a tu estómago, y descubrirás que llevar una buena dieta no es cuestión de restricciones.
- Sé realista y compasiva contigo. Si tu cuerpo cambia durante las vacaciones, ¡no pasa nada! En esta vida nada es constante. Aceptar tus cambios también es cuidarte, y volver a la rutina te ayudará a volver a cambiar, gracias a los buenos hábitos.
- Crea una rutina flexible. Los buenos hábitos no tienen que ser rígidos. Adáptalos al día a día, sin culpa no obsesión.