Hace un mes que cumplió los 18 años y ya sueña con alcanzar lo más alto de la gloria deportiva. Simeón, este adolescente con la misma edad que la infanta Sofía, hijo de Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz, tiene muy claro que su futuro profesional pasa por dedicarse al mundo de la filosofía oriental y a las artes marciales.
Kalina y Felipe VI se criaron juntos. La princesa búlgara y el rey español, son primos, tanto por el lado Borbón como por el Orleans; pero, además, es que siempre han sido muy próximos, dada la enorme afinidad que siempre tuvieron el Juan Carlos y su homónimo búlgaro, Simeón (senior). Quizás Kalina era más afín a las infantas, Elena y Cristina, mientras que a Felipe las horas se le pasaban volando al lado del hermano de esta, Kyril.
gtres
Su padre, un ex de Letizia
A pesar de esta fuerte unión desde la infancia, conforme fueron creciendo, sus caminos se separaron. Ahora, el monarca y sus primos búlgaros no mantienen la relación estrecha de antaño y solo coinciden en ocasiones especiales. Además, se suma un hecho que todavía escuece: Kalina se casó con un ex de Letizia.
El aventurero Kitín Muñoz, durante algún tiempo, fue pareja de aquella joven que presentaba los informativos y que ganó un premio a la periodista menor de 30 años más prometedora. Aquella mujer sobradamente preparada, en lugar de acabar casada con este muso de la aventura, acabó con heredero al trono. Letizia cambió la vela, por la corona.
Con tiranteces o sin ellas, lo cierto es que Simeón es sobrino de Felipe, y, por tanto, primo de la heredera al trono y de su hermana, que acaba de alcanzar la mayoría de edad. Los tres comparten generación y mismo punto vital, aunque este búlgaro instalado en un pueblo de Soria parece tener más claro hacia dónde desea encaminar sus pasos. Quizás, el hecho de no recibir la presión de sus parientas, le permite tener todo más claro.
GTRES
Budismo y Kung Fu
Mientras que Sofía se centrará en su formación académica en una universidad aún por confirmar, Leonor se encuentra inmersa en su formación castrense; tras la cual, cursará sus estudios superiores. Los planes de su primo son muy diferentes.
En la preparación para el futuro sus sueños, Simeón ha dispuesto mucho de aventura, sacrificio y de excelencia deportiva, algo en lo que coincide con la heredera, pero, en su caso, en lugar de tener como maestros a condecorados militares, tendrá a los míticos monjes Shaolín.
El hijo de la icónica Kalina cuenta los días para partir hasta Henan, en el centro de la República Popular China, donde habitan estos estudiosos tanto de las artes marciales como del budismo. Unir cuerpo y espíritu parece ser el objetivo de este adolescente que, el próximo septiembre, tal y como informa el periódico El Mundo, se marchará para iniciar su vida adulta.
Ser admitido por los estos monjes no es algo sencillo. No se trata de una aplicación al uso y después rellenar una matrícula, no. Estos eruditos de las artes marciales necesitan ver en el candidato una firme convicción, además de unas aptitudes destacas para el Kung Fu, disciplina que ellos popularizaron. Una vez que el joven ha pasado estas pruebas, comienza su entrenamiento, que es con lo que Simeón arrancará nada más acabar el verano. A lo largo de los meses que conllevan la formación del alumnado, este aprende disciplina, filosofía budista y perfeccionar su técnica de lucha y ataque.
¿Quieres recibir en tu teléfono móvil las noticias más relevantes sobre nuestros famosos? Desde la revista Lecturas te lo ponemos fácil. Apúntate aquí a nuestro canal de WhatsApp y serás la primera en enterarte de todo.
Kalina, una princesa diferente
Aunque su elección de futuro resulta llamativa, lo cierto es que proviniendo de la familia en la que viene no lo es tanto. De su padre y de su madre ha heredado su pasión por el mundo deportivo y por la vida al aire libre. Kalina siempre fue un verso suelto de su familia. Su estilo de vida, su apariencia y sus decisiones, siempre despertaron suspicacias entre los que esperaban que la hija del rey búlgaro tuviera una vida bastante más tradicional. Pero, afortunadamente, este no es un adjetivo que se le pueda aplicar a ella.
El pasado enero, cuando visitaron el centro en el que se formará su hijo, Kalina no dudó en sacar a relucir sus mejores movimientos de artes marciales, demostrando de dónde le nace tan curiosa pasión al adolescente.
Simeón ha seguido el mismo ejemplo que le han marcado sus padres: no escuchar a nadie y tomar las decisiones que le hagan feliz. Por muy imposibles que estas puedan parecer. Quizás Sofía, ahora que ya tiene la mayoría de edad, puede fijarse en él a la hora de elegir, con mucha menos presión, el camino que desea seguir.