¡Ya se han casado! Pero, ¿y ahora qué? Ahora a disfrutar mucho y a quererse todavía más. Marta López y Alejandro Huerta ya presumen de sendas alianzas de oro blanco en sus respectivos anulares y ahora, pese a lo que muchos creerían, les toca seguir trabajando en Madrid. Estos marido y mujer recién nombrados se quedan, al menos de momento, sin luna de miel. Las obligaciones mandan.
Marta y Alejandro han decidido posponer para más adelante el clásico viaje de ensueño que todos los novios llevan a cabo una vez se han dado el ‘sí, quiero’. Ambos están muy comprometidos con sus respectivos trabajos, y ahora no parecía un buen momento para esta escapada que, usualmente, suele durar unos 15 días. De ahí que el lunes postboda, la colaboradora de ‘Tardear’ no fallara a su cita en el plató del programa vespertino. La madrileña había dispuesto de 72 horas para disfrutar de su nuevo marido y de su nueva vida de casada, pero, a comienzos de semana, tocó volver a la rutina.
Sin tiempo para viajes románticos (de momento)
Marta López lleva 24 años ligada al mundo de la televisión. Su salto a la fama tuvo lugar a través de la edición tercera de ‘Gran Hermano’, que la hizo conocida por todos a pesar de haber sido la primera expulsada. Pero esta aficionada al fútbol supo jugar bien sus cartas y se acabó convirtiendo en un nombre indispensable en las tertulias y programas sobre actualidad rosa.
Lecturas
Si mantenerse más de dos décadas como referente en el mundo del entretenimiento parece complicado, lo de ser un número uno en un terreno tan competitivo como es la fisioterapia no lo es menos. Alejandro Huerta es un absoluto referente en su profesión, tanto es así que su buena fama llegó a oídos de Casa Real, por lo que se contrató sus servicios como experto en rehabilitación para atender al rey Juan Carlos. Su agenda echa humo, por lo que ahora debía resultarle imposible tomarse unos días de relax.
"No me he ido de luna de miel porque tengo qué trabajar con nuevos proyectos y nos iremos de viaje para octubre", ha explicado la propia Marta en sus redes sociales. La colaboradora, que también es muy activa en redes sociales, asegura que todavía no ha tenido tiempo para compartir con sus seguidores sus impresiones y emociones después del gran día. "Tengo tantas cosas que agradecer y a tanta gente que prometo ir haciéndolo poquito a poco pero es que la vida no me da para más, quiero contaros sensaciones y momentos mágicos que guardaré siempre en mi corazón…".
El deseo de ser padres juntos
El ansiado viaje de novios llegará, como también lo hará el proyecto de vida que ambos desean compartir. Aunque Marta ya es madre de tres hijos (su mayor tiene 18 años, el mediano 16 y el pequeño 11), la colaboradora ha manifestado que desea tener decencia junto a su nuevo marido. Asegura que “le parecería muy egoísta” que Alejandro no pudiera experimentar la paternidad, por lo que ella pondrá todo de su padre para compartir crianza con él.
“Le he dicho que seré madre con él si él quiere. Quiero estar con él el resto de mi vida y quiero que sea feliz”, contó la colaboradora a la revista Lecturas, y nos aseguró que este “acto de amor” le había llegado al corazón a Alejandro. “Él quiere y lo haremos. Después de la boda hablamos todo, tengo la regla y la ovodonación es una opción, pero hay varias alternativas, como la adopción”.
En su entrevista con Lecturas, Marta aseguraba que una vez hubiesen pasado los nervios y el estrés que acostumbra a provocar una boda, se pondrían en serio con su proyecto de vida más especial. Si fallan los métodos naturales, López desea poner todo de su parte para cumplir este deseo; por lo que ve como una maravillosa posibilidad la adopción de algún niño o niña que necesite una familia. En la suya parece que hay amor a espuertas.
Esta nueva vida conjunta se desarrollará en la casa que ambos comparten. En ese aspecto no habrá ni cambios ni variaciones. Alejandro se siente muy cómodo en la vivienda en la que Marta y sus tres hijos vivían antes de que fueran 5 en la familia y, de momento, todo seguirá igual.
Huerta se marchó a vivir a casa de la colaboradora cuando solo llevaban un mes de relación, algo que ella califica de “muy valiente”; puesto que no se iba solo con ella. Se iba con su chica y con los tres hijos adolescentes de esta. Algo que podría haber sido muy incómodo, pero que los chicos, lejos de intimidarle, buscaron hacerle sentir como en su propia casa. “Mis hijos le quieren desde el minuto uno”.
Marta se tatuó el nombre de Alejandro a los 3 días de conocerse, él se fue a vivir con ella al mes y a los tres le pedía matrimonio. En menos de un año han contraído nupcias, así que, viendo lo poco que le gusta esperar a esta pareja, ya estarán manos a la obra para hacer realidad el sueño de tener un hijo de ambos. Ellos sí que encarnan a la perfección el verdadero ‘Carpe diem’.