Anita Matamoros ha vuelto a pasar por quirófano para operarse el pecho por segunda vez. Tanto en la operación como en el periodo de recuperación, está contando con el apoyo incondicional de su madre, Makoke, quien no se separa de su lado. La joven acaba de contar feliz lo bien que está evolucionando de la intervención, y lo ha hecho a través de sus redes sociales. “Estoy más feliz que una perdiz”, dice en unos stories. La hija de Kiko Matamoros ha compartido la explicación de su médico que ha comentado que tiene "una evolución excelente", a pesar de que solo hace cuatro días estaba en la mesa de operaciones. Aunque cree que "el resultado ya es bueno", en unos días van a "completar con el láser".

Anita se sometió a una mastopexia al cumplir los 18 años, pero el resultado no fue el esperado. La joven influencer ha decidido colocarse unas prótesis para evitar que se le caiga el pecho y, además, reducir la cicatriz que le quedó. "No tiene sentido haber pasado por el quirófano para no tener el resultado que me guste", expresaba Anita al contar que había decidido operarse de nuevo.

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Anita Matamoros

Sin separarse del lado de Anita antes y después de su paso por quirófano ha estado en todo momento su madre, Makoke. La tertuliana televisiva siempre ha apoyado a su hija en todas sus decisiones y la operación de pecho ha sido una más. Fue la propia Makoke quien compartía algunas imágenes de momentos antes de la cirugía a través de su perfil de Instagram: "Aquí estamos, esperando", decía mientras enfocaba a Anita.

Tras la operación era la propia Anita Matamoros quien compartía desde el hospital una imagen en Instagram con la que contaba cómo había ido todo. “¡Muchas gracias por vuestros mensajes mis bombones! Todo ha ido sobre ruedas. Mañana a casita a que me cuiden. Gracias una vez más. que ganas de ver el resultadoooooooo”, escribía la joven junto a una fotografía en la que aparecía en la cama, sonriente, con un ramo de flores.

A través de sus Stories de Instagram la joven dijo que la intervención se había alargado y, en lugar de una hora y media, había durado tres horas. Anita contó que se encontraba bien pero muy dolorida por la operación. Tras pasar la noche en el hospital acompañada de su madre la joven recibía el alta y se iban a casa esta mañana.