Los divorcios más caros de las 'celebrities'

A 'Anchonio' y Melanie se les acabó el amor de tanto usarlo, literalmente. La pareja dorada de Hollywood partía peras el año pasado para desespero de la Griffith, que se borró a su 'latin lover' del brazo antes de poder borrarlo de su corazón. No todo ha sido malo, sin embargo: el divorcio le deja a Melanie una pensión mensual de 65 mil dólares mensuales, la casita de Aspen (donde ha estado estas Navidades con sus hijas) y un par de Picassos. Ni tan mal.

Las continuas infidelidades del golfista le salieron muy caras. Su mujer, una modelo sueca con la que se casó en 2004, pidió el divorcio en 2010. Y no le fue nada mal: se llevó a su nueva casa 100 millones de dólares (firmando así uno de los divorcios más caros de la historia) y el firme compromiso por parte de su ex de que sus dos hijos en común no serían testigos de sus correrías de golfo (que no de golfista).

Nunca llegaron a casarse pero la separación fue tan dramática como si hubieran habido papeles de por medio. No litigaron por bienes en común ni por custodias, sino por asuntos profesionales: de la Rúa demandó a Shakira por valor de 100 millones de dólares en compensación por su trabajo para la cantante durante los 11 años que fueron en pareja. Shakira ganó la demanda y no tuvo que pagarle un euro a su ex.

Cuando se separó de 'la chica dorada', Jose Luis Vallejo Nájera, alias 'Colate', se lamentaba de que tuvo que dejar "sus negocios" y que fue su mujer quien controlaba todo el dinero que ganó mientras estuvo con ella. Por ello le exigió un millón de euros en calidad de pensión alimenticia, además de batallar por la custodia de su hijo en común, Nicolás. El divorcio se solucionó con una pensión de 243mil dólares anuales durante 3 años que Pau le pagaría a su ex y la custodia compartida.

El escándalo llegó a California con la noticia de que su 'Goberneitor' tenía un hijo secreto con una de las señoras del hogar. Maria tardó cero-coma en decir 'hasta la vista, baby' y pidió el divorcio en 2011 por el cual dividirían su fortuna que ascendía a 400 millones de dólares. El 'fun fact' de la historia es que, pese a haber pasado 4 años y haber rehecho su vida sentimental con su terapeuta, Schwarzenegger aún no ha firmado los papeles del divorcio.

Lo peor de su separación no fueron los 40 mil dólares mensuales que Britney le tiene que pagar a su ex Kevin Federline, sino el tren sin frenos en el que la dejó subida cuando la dejó compuesta, sin marido y con dos hijos a cuestas. La Spears tocó fondo después de su divorcio, pero como un ave fénix, ha renacido ya tantas veces de sus cenizas que no llevamos la cuenta.

Empezaron con pasión y han acabado que no pueden verse ni en pintura. Actualmente la cantante acusa a su ex de tener retenido al hijo que tienen en común, Rocco, que fue al Reino Unido a pasar las navidades con su padre y no quiere volver con su madre. Pero también dolieron en su día los 78 millones que tuvo que pagarle a Ritchie, que muy listo él, no firmó el pre-nup en su día y se benefició de los éxitos de 'la Ambición Rubia'.

Antes de casarse en 2002, ella le propuso hacer un 'prenup' (un contrato pre-nupcial) y él le dijo que le parecía "poco romántico". Cuatro años después el ex Beattle se arrepentiría para siempre de su ataque de galantería, ya que la modelo se quedó con 32 millones de euros con su divorcio.

Las dos hermanas (Alicia y Esther) se casaron en pack en 1979 con dos primos que encima se llamaban igual: Alberto Alcocer y Alberto Cortina. Y en pack se divorciaron también a finales de los 80. Eran las mujeres más ricas de España y al casarse dejaron sus puestos al frente de sus empresas a sus maridos para centrarse en la vida doméstica. La infidelidad de Alberto Cortina con Marta Chávarri marcó el final de las dos alianzas más rentables de las alta burguesía española. Ellos pidieron la mitad de las ganancias de sus mujeres y recibieron 2000 millones de pesetas y el 30% de las acciones de sus empresas. Los Albertos eran primos pero las primas acabaron siendo ellas.

Ella estaba casada con Fernando Falcó, Marqués de Romanones, y se separó para casarse con su amante bandido en 1991. No durarían mucho: Cortina y Chávarri se divorciaron en 1995. Este segundo divorcio le costó a Cortina 1.500 millones de pesetas y una pensión mensual de millón y medio, y a ella parte de su dignidad social,  el título de Marquesado (al que renunció para casarse con Alberto) y la custodia de su hijo.

Se separaron después de 26 años de matrimonio y la cosa no fue nada bien, especialmente para él. Ella pidió el divorcio cuando a Mel lo arrestaron por conducir ebrio en 2006. Fue la gota que colmó el vaso (y los vasos llenos a él le gustaban mucho). Robyn se cansó de su temperamento, de sus adicciones y se enteró de que tenía una amante (que después lo denunció por maltrato, olé el). Con 6 hijos en común a cuestas, Robyn pidió un divorcio que le costó a Gibson la reputación en Hollywood, 400 millones y compartir los derechos de sus películas.

Eran la vivita imagen del sueño americano, los dos empresarios hechos a sí mismos que se movían por el Nueva York de los 70 como si fueran Fraga diciendo que la calle era suya. Su matrimonio acabó siendo más una cuestión de negocios que otra cosa. El sueño de ella, como un día le dijo a Dominick Dunne, era que su dinero fuera considerado 'una de las viejas fortunas como la de los Vanderbilt'. En 1991 descubrió que él le era infiel con Marla Maples y pidió el divorcio por el que recibió $ 25 millones en efectivo, una mansión en Connecticut, un millón de viviendas subsidio, 5, 350,000 dólares anuales de pensión alimenticia, todas sus joyas y el 49%  de la casa ubicada en Palm Beach.

A sus 68 años el actor reconoce arrepentirse de una única cosa en la vida: no haberse divorciado antes de su primera mujer, Diandra. Se casaron en 1977 y estuvieron juntos 23 trubulentos años en los que se separaron varias veces hasta que en el 2000 decidieron ponerle fin. El divorcio le costó a Douglas entonces 45 millones de dólares, siendo uno de los más caros de la época.

¿Será?