Juan José Ballesta, el secreto con el que ha enamorado al público de nuevo tras ‘MasterChef Celebrity’

Verle en ‘MasterChef Celebrity’ ha servido para que muchos, que quizás solo recordaban a Juan José Ballesta de su época más adolescente, reconectaran con él. Que viesen que el de la sonrisa pícara sigue igual de gamberro que siempre pero que ahora es un padre de familia que tiene clarísimas cuáles son sus prioridades.

Su honestidad a la hora de hablar ha servido para que cada vez haya más seguidores de sus andanzas y locos por las anécdotas que comparte en redes, donde lo mismo le vemos cepillarse los dientes, que ver ‘Érase una vez la vida’ junto a su hijo o tomarse una gelatina light. Cero postureo, cien por cien vida real.

Juan José Ballesta, que de por sí jamás se ha envuelto de ningún artificio, en Instagram se desnuda emocionalmente ante sus seguidores, que aprenden valiosas lecciones que él tiene más que asentadas y asimiladas. Respetar los orígenes de uno, tener claro qué importa y qué no, son algunas claves fundamentales de un mensaje potentísimo que cada día hace llegar a los que le regalan likes.

“No somos de la jet set, somos de Parla City. No vestimos de Dolce & Gabbana, vestimos del Primark y del chino del barrio. Es más, no queremos serlo. Ya quisieran muchos con yate y Lamborghini tener lo que yo tengo. A Vero y a Juanjito de mi vida. Mi Vero es un Ferrari. Mi Juanjito, un súper yate”, dice en una publicación del pasado verano.

Para él, la “calidad de vida” la marcan las personas, su familia, sus amigos de siempre, no las cosas ni los trabajos. La importancia de una persona no la determinan ni su casa, ni su barrio, ni las cosas que compra. Tampoco los proyectos en los que anda envuelta. Todo eso, no arma la felicidad de nadie.

Quizás Juanjo Ballesta lo tiene tan claro por lo pronto que empezó en el oficio de ser actor. Por las vueltas que ha visto dar a su carrera. Y él, avispado, como cuando se metió a Achero Mañas en el bolsillo en el primer casting para ‘El Bola’, ha sabido entenderlo mejor que muchos que todavía andan perdidos. ¿Quién le iba a decir al de Parla que se convertiría en el gurú que todos necesitábamos? ¡Menos influencers y más bolers!