Iker Casillas: su futuro profesional tras haber sufrido un infarto

La rápida intervención, primer, del equipo médico del Oporto e, inmediatamente después, de los facultativos del hospital CUF Porto en el que se encuentra ingresado, auguran el mejor pronóstico para Iker Casillas. El portero sufría un infarto agudo de miocardio sobre el mediodía de este miércoles mientras entrenaba. Tras advertir e informar de que se sentía indispuesto y sin tiempo que perder, era traslado de urgencias al centro para ser operado.

El mundo se quedaba en vilo, pendientes de la evolución de su salud. Como apuntan las primera y escasas noticias, Casillas no padecerá secuelas por el grave susto que le ha dado su corazón. Asimismo, su juventud (tiene 38 años) juega totalmente a su favor.

El guardameta se encuentra estable, todavía en observación, y ha pasado una noche reparadora acompañado y arropado de su familia y de Sara Carbonero. Imaginamos la angustia de la periodista que recibía la preocupante noticia trabajando y desplazada en Tarifa. Rápidamente, se trasladaba de nuevo a Oporto para estar junto a su marido e insuflarle tranquilidad y valor.

Pocas horas antes de que acabara el fatídico día, Iker compartía la esperada imagen con la que confirmaba que su problema cardíaco estaba ya "resuelto" tras someterse a un cateterismo. Los médicos ejecutaron con éxito la colocación de un stent coronario e Iker volvía a recuperar su sentido del humor habitual y característico. Sin embargo, no cabe duda de que la gran incógnita después de un episodio de salud tan serio y complejo como el que acaba de superar es: ¿podrá volver a jugar al fútbol? Y es más, ¿deseará volver a hacerlo?

A Casillas le han recomendado mucho descanso y su equipo médico está pendiente de cómo se va a desarrollar el proceso de recuperación. Por el momento, su carrera profesional queda en suspenso e Iker ya puede ir olvidándose de acabar la temporada sobre el campo con todos sus compañeros, a falta de tres partidos para que se acabe la liga portuguesa. Pero la preocupación de los efectos del infarto van más allá, son a medio, largo plazo.

Tal como publica El Mundo, en casos tan concretos como los infartos en deportistas de élite, después de los primeros meses de observación, tendría que seguir "durante un año un doble tratamiento antiplaquetario, con un medicamento que ya tendrá que tomar para siempre". En ese primera año, además, recomiendan no practicar "deportes de contacto", como el fútbol. Por lo que, como mínimo, Iker no pisará el césped ni podrá competir.

Si bien la rápida actuación de los médicos y la juventud del portero juegan claramente a su favor, puede que Iker Casillas tenga que seguir los pasos de otros deportistas que ya pasaron por la misma situación. En reiteradas ocasiones, ha confesado su deseo de retirarse a los cuarenta años. Sin embargo, tras lo sucedido, quizás tenga que plantearse anticipar sus planes. Todo dependerá de la gravedad del infarto y de otros datos que no han trascendido, pero que son esenciales para trazar las condiciones reales del nuevo futuro profesional de Iker.