La repentina muerte, de un infarto, de Juan Gabriel ha dejado a Isabel Pantoja, además de conmocionada, con un panorama laboral de lo más incierto. La artista había planeado, en el momento en el que se cumpliera su condena y pudiera viajar al extranjero, iniciar una serie de conciertos por España y América en los que estaría arropada por su ‘compadre’, que una vez más, ejercería de valedor suyo al otro lado del charco.
A la supuesta gira, uno de los proyectos en los que más interesada estaba Isabel, habría que sumarle la idea de esta de establecerse en México, donde tiene mucho éxito, y donde, además, no tendría tanta persecución mediática. Establecerse allí supondría un verdadero descanso, donde Pantoja, al fin, recuperaría la genuina libertad. Se lo había comunicado a su entorno más cercano, pero sin tener ahora a uno de sus apoyos mayores y sentirse completamente rota de dolor, puede que le toque volver a hacer otros planes.
Hay que recordar que en 2014 Isabel grabó un disco con el ‘Divo de Juárez’ que todavía no ha sido publicado y que ahora servirá como homenaje póstumo. Lo grabó en el verano antes de entrar en prisión y supondrá su regreso a la música y a los escenarios. Con la reciente muerte del artista y compositor, el lanzamiento de estas canciones adquiere una nueva relevancia, aumentando la fascinación en torno a este trabajo. Será, a todas luces un verdadero éxito. Pues no solo es la vuelta musical de Pantoja tras pasar por la cárcel, sino, también, un disco que lleva el sello de uno de los ‘popes’ de la música en castellano, fallecido de manera abrupta.
Ahora, sumida en la incertidumbre total, Pantoja mira abatida cómo será ese futuro profesional que le espera, sin tener a su lado a uno de los bastones de su carrera, un compañero que la ha mantenido fuerte y que ha sido su paño de lágrimas en más de una ocasión. Hoy, una vez más, le llora, pero sabiendo que él no estará al otro lado de la línea telefónica.