La confesión sexual de Alma Bollo tras el parto de su hija Jimena

“No voy a decir que cuando una pareja tiene un bebé la llama se apaga, yo puedo hablar desde mi experiencia. Mi llama no se ha apagado en ningún momento pero la verdad que no es igual que antes, porque no tienes el mismo tiempo, no te da la vida para ello”, ha respondido sin pelos en la lengua.

Además, ha querido explicar todos y cada uno de los cambios físicos a los que se ha sometido su cuerpo desde que dio a luz: “Durante los últimos meses de embarazo lo pasé mal porque veía que estaba engordando mucho pero tras el parto me he sentido muy bien. Cuando di a luz a Jimena me miré en el espejo y me veía la cara como siempre, había vuelto a su ser. Yo no puedo decir eso de que 'di a luz y me quedé como estaba', no. Tras la cuarentena he perdido muchos kilos, he vuelto a mi talla. Recién parida no vuelves a tu ser, es imposible”, ha seguido explicando.

Su vida ha cambiado completamente y Alma tiene muy claro lo que le ha gustado y lo que no de estar embarazada: “Sobre el parto, nunca me han dicho nada que no pudiese vivir, no me cogió nada por sorpresa. Lo que más me ha gustado de estar embarazada es la sensación de sentir al bebé moverse dentro de mí, no se puede explicar con palabras. Lo que más he odiado ha sido no poder vestir con mi ropa, aunque solo lo he sufrido en mi última etapa”.

La joven, que se ha estrenado en el mundo de las influencers, se ha convertido en madre muy joven, al igual que lo hizo Raquel Bollo con ella y con su hermano Manuel... Pero no tienen ningún miedo: “Lo bueno de ser madre joven es que puedo disfrutar mucho más, al igual que lo hizo mi madre conmigo, lo coges con más ganas. Lo peor, es ver como tus amigas se van de vacaciones, de fiesta. Yo lo puedo hacer un día, no todos”, ha sentenciado.