Sacamos ahora a la luz los tres enfados que ha soportado la princesa Leonor en las últimas semanas

En el aniversario de la Constitución, sacamos a la luz los tres enfados que empañaron la jura de la princesa Leonor en su día históricos

Leonor
Cordon Press
Gema Amil
Gema Amil

Redactora Jefe digital de Lecturas

El aniversario de la Constitución es la fecha perfecta para sacar a la luz lo que pasó en el otro gran día de la carta magna. Era el pasado 31 de octubre cuando la princesa Leonor daba el primer gran paso de su carrera institucional. La heredera al trono acudía hasta el Congreso de los diputados junto a sus padres y su hermana para prestar juramento. Sobria y nerviosa, se presentaba en sociedad y asumía, junto a sus 18 años, el camino que le ha venido impuesto desde nacimiento. La princesa de Asturias juraba la Constitución en un día emotivo e histórico. Sin embargo, fueron tres los enfados de su familia más cercana que lograron empañar su gran acto. Tres personas que hicieron que el gran día de Leonor no fuese precisamente grande.

El enfado de la reina Letizia

El más llamativo e inesperado de la jornada fue el enfado de Letizia. ¿Qué le ocurría a la reina? Nada más llegar al Congreso, doña Letizia estaba especialmente tensa y sin ocultar su seriedad. La reina contenía su emoción en todo momento y no se dejó llevar como en estos últimos tiempos, en los que la naturalidad y el desparpajo ha sido protagonistas de sus apariciones. Mucho se ha comentado desde el pasado 31 de octubre si la importancia y el peso del acto, un día histórico y en el que todo el mundo tenía puesta la mirada en su hija y su familia, superaron por completo a la reina, aunque luego se supo que algún problema de salud y malestar físico podría haber sido el motivo de su rostro serio y desencajado.

Letizia
Gtres

Es mucha la responsabilidad, presión y también la carga emocional para la reina, que además vivió este día como madre. Está claro que la reina se mostró tensa y poco relajada. No fue una jornada fácil, desde luego, que además se reencontró en la celebración privada por la mayoría de edad de la princesa con parte de su familia política, con la que ha protagonizado innumerables polémicas estos últimos años. No sería la primera vez que la responsabilidad deja mella en la actitud de la esposa de Felipe VI, que siempre persigue la perfección en cada uno de sus actos y movimientos, máxime en un día tan importante para su hija y la Corona.

El enfado de la reina Sofía

Si algo ha caracterizado siempre a la reina Sofía es su capacidad para contenerse y enseñar siempre su mejor cara, incluso en las situaciones más complicadas. Sus lágrimas llegaban apenas unas horas antes de la jura de la Constitución de Leonor en las Cortes y también con la noticia de que había sido 'apartada' del acto, al igual que los padres de doña Letizia. Los abuelos de Leonor no estaban invitados al acto para no hacer distinciones con el rey Juan Carlos, cuya presencia habría causado un gran revuelo.

Reina Sofía

La reina Sofía llorando.

GTRES

Para evitar la polémica se decidió apartar a los cuatro abuelos, aunque sí estuvieron en la celebración privada que reunió a la familia casi al completo en el Palacio del Pardo. Esto habría desencantado a la reina Sofía, que siempre ha acompañado a sus nietos en los momentos más importantes. La reina Sofía vivió hace 37 años la jura de su hijo Felipe y habría estado encantada de acompañar a Leonor en este día.

El enfado del rey Juan Carlos

Si hubo un enfado que marcó el día, aunque no fue precisamente inesperado, fue el del rey Juan Carlos. La presencia del abuelo de Leonor estaba completamente descartada desde el principio. El emérito, residente en Abu Dabi, no ha vuelto a coincidir en público con su nieta. Sí con su hijo Felipe y su nuera Letizia, en actos celebrados en el extranjero. Su ausencia determinó, de hecho, que tampoco la reina Sofía y los padres de Letizia estuviesen invitados a la jura de la Constitución. Una nueva piedra en el camino que el rey Juan Carlos no recibió con alegría.

Además, el emérito ni siquiera pernoctó en España. Una vez terminada la celebración privada del cumpleaños, cogió un vuelo e hizo noche en Londres. Este habría sido, de hecho, el gesto que peor le habría sentado. El rey emérito habría querido dormir en la que fue su casa durante décadas. Así lo habría hecho saber, consciente, es de suponer, de la imposibilidad de sus deseos. Una vez terminada la fiesta, cogió las maletas rumbo a su residencia en Emiratos. El padre del rey Felipe se habría disgustado porque cuando se encuentra en Madrid le gustaría poder quedarse "en su casa" y no tener que desplazarse. 

El rey Felipe, mucho más relajado

Todos estos 'enfados' contrastaron con la actitud del rey Felipe VI, emocionado y muy sonriente durante todo el acto del pasado martes. El monarca no pudo evitar mostrarse orgulloso y emocionado con cada paso de su hija a lo largo de toda la jornada. Miradas cómplices, sonrisas tímidas y gestos de cariño que no pasaron desapercibidos.

Uno de los más llamativos fue cuando al rey le tembló la voz por la emoción al dedicar su discurso en el Palacio Real a su hija. "Querida Leonor, no estarás sola en tu camino. En tu familia encontrarás el necesario apoyo más personal", dijo mirando a su primogénita. Luego, emocionado, le deseó feliz cumpleaños e invitaba a todos a brindar por ella. "Larga vida y acierto a la princesa de Asturias", pronunció con la voz inestable.

La emoción del rey Felipe al poder ver a su hija mayor dando un paso al frente en su camino como heredera a la Corona ha enternecido a todo el mundo. En todo momento estuvo muy pendiente de ella siguiendo cualquier gesto que Leonor llevaba a cabo en este día histórico.

En este día de emociones pudimos apreciar su faceta más paternalista, por ejemplo cuando le colocó la coleta a Leonor para que su imagen estuviese perfecta. También se le pudo escuchar decirle “muy bien” cuando la heredera recibía el Collar de la Orden de Carlos III. Momentos, sin duda, que contrastaron con la seriedad que mostraba la madre de la princesa.

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