El 2024 está siendo especialmente complicado para la familia real británica. Durante sus navidades felices en Sandringham nada hacía presagiar la revolución que sufriría la Casa Real a consecuencia de la mala salud de dos de las personas más influyentes de los Windsor.
El pasado 16 de enero, un comunicado inesperado anunciaba que Kate Middleton (42 años) se había sometido a una "operación abdominal" que la mantendría alejada de la vida pública, al menos, hasta el próximo mes de abril. En medio de la conmoción, otro comunicado desde el Palacio de Buckingham revelaba que Carlos III también pasaría por quirófano. Aunque en un principio la cirugía del monarca sería ambulatoria, un cáncer le obligó a frenar de manera radical provocando un cambio en la jerarquía de la Corona sin precedentes.
El príncipe Guillermo (42 años), que se había tomado unas semanas de descanso para estar al lado de su mujer durante su convalecencia, tuvo que retomar sus compromisos profesionales a toda prisa. Un paso al frente complicado en el que ha tenido que priorizar su compromiso con el pueblo inglés por encima de su delicada situación personal.
La popularidad del príncipe Guillermo se dispara en Reino Unido
Guillermo y Camilla Parker, que por expreso deseo de Carlos III ha mantenido intacta su agenda oficial, llevan desde el pasado mes de enero el peso total de la Corona. El príncipe heredero ha visto incrementada considerablemente su agenda, trabajo extra que ha traído consigo el respaldo del pueblo británico.
En la última encuesta de popularidad Guillermo ha superado por primera vez a su mujer, Kate Middleton. El príncipe de Gales cuenta con un 74% de la aprobación por encima del 72% que defiende Kate Middleton, quien pierde la primera posición en favor de su marido a consecuencia de la escasa transparencia en relación a su estado de salud. Los británicos valoran positivamente el trabajo y la naturalidad del heredero a la hora de dar su opinión sobre temas de actualidad que preocupan a la sociedad. Como hace solo unos días, que no dudó en posicionarse en el conflicto de Gaza.
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Con este resultado se confirma que lejos de haber una inestabilidad en la Corona británica, el pueblo inglés confía plenamente en la labor de Guillermo mientras dure la convalecencia de Carlos III.
Así es el día a día de Kate Middleton en plena recuperación
Desde que recibió el alta hospitalaria el pasado 29 de enero, la princesa de Gales ha estado volcada en su recuperación que, aunque lenta, va por buen camino. De hecho, su mejoría es tal que Kate ya estaría adelantando trabajo "desde la cama", algo que le ayuda a mantener la mente ocupada en estos momentos tan delicados para ella.
Según revela 'The Mirror', además de sus tres hijos y su marido, sus amigas están siendo imprescindibles durante su convalecencia. Emilia Jardine Paterson, Sophie Snuggs y Laura Meade la están ayudando a estar animada. "Saben lo que a ella le gusta ver en televisión o leer, por lo que es probable que le hayan enviado recomendaciones y la hayan animado a descansar y tomarse el tiempo que necesita", cuentan.
A esto hay que añadir que desde el equipo médico le han recomendado que poco a poco vaya reactivándose con paseos por el jardín, caminatas al aire libre que también le beneficiarán anímicamente. Tal y como avanzó la Casa Real en un comunicado, tendremos que esperar al próximo mes de abril, después de Semana Santa, para volver a ver a Kate Middleton en un acto público. Una reaparición que levanta una gran expectación ya que no existe una imagen de la princesa desde el pasado 25 de diciembre.
Kate Middleton, muy preocupada por Guillermo
Esta situación ha colocado el foco de manera inevitable sobre Guillermo. Una presión extra que estaría afectando considerablemente al heredero. El experto en Casa real Christopher Andersen, confesaba hace unos días en Fox News, que Kate Middleton estaría muy preocupada por la salud de su marido. "Kate está preocupada, inquieta, por el coste psicológico que estas dos batallas médicas están teniendo en su marido", aseguraba.
Sea como fuere, Guillermo es muy consciente de su posición y que, aunque le cueste, en casos como este, su cargo al frente de la Corona británica va por delante de su papel familiar.