El preludio de la reina Letizia en Dinamarca hace 20 años: "Fue increíble. Ahí consiguió colocar el foco de atención sobre ella"

Cada 14 de mayo, con permiso de Federico y Mary de Dinamarca, que celebran su aniversario de boda, es el día perfecto para recordar como Letizia Ortiz (52 años) enamoró al mundo gracias a dos vestidos de Lorenzo Caprile que, sin esperarlo, marcarían su camino hacia el trono. 

Apenas quedaba una semana para su boda con el entonces príncipe Felipe cuando una jovencísima Letizia viajó a Copenhague en calidad de prometida con ninguna pretensión más allá de acompañar a su futuro marido. Lo que nadie esperaba es que en cuestión de segundos se alzara como la invitada mejor vestida de la boda, un título que dos décadas después defiende en cada aparición pública. 

Pasaban las 12.00 horas de un día soleado en la capital de Dinamarca cuando los invitados empezaban a llegar a Catedral de Nuestra Señora de Copenhague. El tiempo se paró cuando Felipe de Borbón pisó la alfombra roja junto a su prometida. Con paso lento pero firme, Letizia sonreía al tiempo que saludaba a todos los que les clamaban atención y comentaban lo impresionante que lucía. 

En Lecturas hemos querido revivir ese día junto a Asun Domínguez, experta en patronaje. "Nosotros conocíamos a una Letizia con looks muy básicos, de perfil muy bajo. Todavía no se había casado, estaba cortada y eso se trasladaba a esos primeros looks. Y de repente aparece así en la boda de Federico y Mary de Dinamarca y fue un shock", recuerda. 

"Nos sorprendió mucho y ahí consiguió colocar el foco de atención sobre ella", asegura la experta. Y es que hasta ese momento, el papel de Letizia había pasado completamente desapercibido a excepción de la pedida de mano en el Palacio de la Zarzuela. La transformación de la mujer de Felipe VI en los últimos años ha sido radical, un cambio evidente al que la patronista ha querido hacer referencia en su análisis.

"Al principio parecía, incluso, algo anodina y verla así fue increíble... Qué forma de hablar con la ropa, fue un impacto. Fue un ejemplo clarísimo de cómo la ropa es capaz de empoderarte", ha realzado. 

Además, la experta ha aplaudido que se eligiera a un diseñador español. Y es que desde Casa Real se era muy consciente de que la boda de Federico y Mary suponía un escaparate también para Letizia. 

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El vestido que lució hizo historia. Inolvidable, todavía hoy son muchos los que lo eligen como el mejor de su vestidor. "Es una gasa de seda, con un vibrante color rojo muy español. No podía ser más bonito", declara la experta quien solo tiene elogios para el diseñador. 

En cuanto al diseño en cuestión, merece la pena destacar que "se trata de un corte palabra de honor con un precioso microdrapeado que se alargaba en forma de cola. Le potenciaba el pecho y le quedaba muy bien. Mejor pensado y ejecutado no podía estar. Una pieza confeccionada al milímetro, sin gestos, ni arrugas, completamente limpio", celebraba la experta en patronaje y confección. Además, el cuerpo de gasa ajustado que le cubría las mangas y la espalda con los dos broches no podía estar mejor pensado. 

El estilismo era súper adecuado al momento y al lugar. Un vestido puede ser muy bonito, quedar muy bien, pero el momento en el que te lo pones puede no ser el adecuado. Pero en este caso cumplió con todo: tejido, corte y estilismo. 

Un corsé como preludio del gran día

El día antes ya Letizía apuntó maneras. Para la cena de gala previa al enlace, la novia de Felipe de Borbón derrochó estilo con un dos piezas compuesto por una falda de corte sirena y un precioso corsé brocado. "Caprile le colocó una falda roja que, de alguna forma, era el preludio del siguiente look", advertía la experta. 

Con este imponente look de gala "le dio muchísima importancia al cuerpo y esta creación ayuda a cualquier silueta. Se trata de un top de escote bardot con una especie de chal incrustado que cae sobre los brazos" de una forma muy favorecedora, nos explica Asun Domínguez. El volumen en la zona superior amplía la zona de una forma visual al tiempo que entalla la cintura con una especie de corsé que termina en una ligera apertura en la cadera que compensa toda la silueta de una forma magistral. 

"La reina Letizia puso el foco de atención en ella gracias a la ropa y lo hizo muy bien. Lorenzo Caprile también tenía un reto y lo superó con creces. Muy bien por ella y también por el diseñador", ha sentenciado Asun Domínguez quien se reafirma en que su paso por Dinamarca aquel 14 de mayo fue un antes y un después para la Reina.