El 14 de mayo siempre estará marcado en rojo en el calendario de Federico y Mary de Dinamarca. Hace hoy 21 años que después de un noviazgo de película, un príncipe danés conseguía darle el 'sí, quiero' a una camarera australiana de la que se enamoró perdidamente. Fue tal su conexión que el entonces príncipe heredero no dudó en enfrentarse a su madre si no la aceptaba.
Todo eso ya es pasado. Mary Donaldson se preparó a conciencia para su nuevo papel institucional. Dejó su vida atrás para mudarse a Copenhague, aprendió danés y desde allí estudió concienzudamente la historia del país nórdico. Con el paso de los años ganó una enorme popularidad entre el pueblo danés, tanto que hoy por hoy supera a su marido en las encuestas.
"Los rumores de infidelidad parecen seguir ahí", apuntaba la prensa danesa recientemente. Informaciones malintencionadas a las que el matrimonio responde con complicidad y gestos de cariño que se separan por completo de ese clásico protocolo real que prohibía los gestos de amor entre los miembros de la realeza.
Casa Real
Aprovechando un día tan especial como su aniversario de boda, y ante el silencio atroz por parte de palacio, en Lecturas hemos querido analizar a la pareja junto a María José Gómez Verdú, experta en protocolo.
"Su relación se presenta como un ejemplo de cómo la monarquía puede adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia", celebra Verdú. Desde su ascenso al trono en enero de 2024, la pareja ha enfrentado desafíos mediáticos, incluidos rumores sobre la estabilidad de su matrimonio que les han llevado a estar en boca de todos, y no por su buen hacer frente a la Corona. "Tanto Federico como Mary han demostrado una gran capacidad para equilibrar la cercanía emocional con el rigor protocolario que exige su posición", asegura la experta.
GTRES
Sin embargo, pese a esa presión constante que va ligada de manera inevitable a su privilegiada posición, la pareja "ha respondido una y otra vez con gestos públicos que refuerzan su imagen de unidad".
Cabe destacar la cena de gala que tuvo lugar en el Palacio de Christianborg y donde no dudaron en dar rienda suelta a su espontaneidad con el tradicional baile de Les Lanciers. Una danza en la que hicieron gala de su complicidad. Sin duda, una forma de desmentir ese supuesto distanciamiento que les persigue desde hace años.
GTRES
¡Estamos en whatsapp! Suscríbete a nuestro canal y entérate antes que nadie de todas las novedades y exclusivas de los famosos ¡Haz click aquí!
Una imagen pública idílica, en entredicho
"La forma en que Federico y Mary manejan su imagen pública refleja una comprensión profunda del papel simbólico de la monarquía", manifiesta Verdú haciendo hincapié en la forma de exponerse de manera pública cuando están juntos. "Sus gestos de afecto en público no solo humanizan su figura, sino que también fortalecen su conexión con el pueblo danés", y ellos son muy conscientes de la necesidad que tienen sus súbditos por creer en ellos y en su amor. Una estabilidad sentimental que va ligado de manera irremediable a su papel institucional y a su buen hacer en la Corona.
Aunque es habitual verles intercambiarse confidencias y gestos de amor, al mismo tiempo mantienen "el decoro y la solemnidad que su posición requiere, demostrando que es posible modernizar la monarquía sin sacrificar su dignidad", destaca María José. Y concluye: "La relación de Federico y Mary de Dinamarca ejemplifica cómo la monarquía puede evolucionar para mantenerse relevante en el siglo XXI. Su capacidad para combinar cercanía y protocolo ofrece una lección sobre el equilibrio entre tradición y modernidad en las instituciones reales".