Reina Letizia: su evolución desde su boda hasta la actualidad

El 22 de mayo de 2004 la por entonces periodista daba el "sí, quiero" al príncipe Felipe, una decisión que ha cambiado su vida en múltiples aspectos. Los analizamos

Actualizado a 22 de mayo de 2020, 12:44

Han pasado 16 años desde que en la Catedral de la Almudena de Madrid Letizia Ortiz Rocasolano se daba el "sí, quiero" con el por entonces príncipe Felipe VI. Una decisión que, sin duda, cambiaría por completo su vida como periodista, convirtiéndola diez años más tarde -concretamente el 19 de junio de 2014-, en reina consorte de España.

A través de todo este tiempo, Letizia ha evolucionado no solo físicamente, como se ha evidenciado en numerosas ocasiones. Ella también lo ha hecho a través de su estilo, posicionándose como "la royal mejor vestida del mundo"; además de en los cuidados que se dedica, sus aficiones, su mente, su actitud y su manera de afrontar cada uno de los compromisos que implica su posición frente a la Corona.

Más cercana y relajada

Si bien su carrera profesional como periodista le otorgaron mucha seguridad frente a las cámaras, los primeros años de Letizia se vieron caracterizados por su rigidez, discreción y una posición "en segundo plano" con respecto a su marido. Poco a poco, la Reina ha presentado una admirable evolución con la que consigue transmitir confianza y tranquilidad allá donde va, tanto en el plano profesional como en sus momentos fuera de los compromisos oficiales. Gracias a ello, podemos ver a una Letizia mucho más cercana que se ha ganado el cariño de los ciudadanos.

Arriesgada y segura

El estilo de la reina Letizia es otro de los aspectos a analizar en su evolución durante la última década y media. La madre de la princesa Leonor ha sabido ir adaptándose a los tiempos acaparando miles de revistas de moda con sus estilismos. Gracias a la seguridad que ha ido adquiriendo y a la ayuda de su estilista Eva Fernández -quien trabaja mano a mano con ella desde hace cinco años-, se ha posicionado como "la royal mejor vestida del mundo", superando a Rania de Jornadia o Kate Middleton, entre muchas otras.

Un rostro más suavizado y armónico

El perfeccionismo que caracteriza a la reina Letizia le ha llevado a ansiar también la armonía en su rostro. Este cambio, más que evidente, no siempre ha sido reconocido por la Casa Real, que sí informaba de su operación de nariz de 2008, supuestamente justificada por problemas de salud. Sin embargo, su rostro deja ver un equilibrio y una armonía prácticamente perfectos, un cambio evidente que se ha ido produciendo poco a poco pero que, al comparar con su físico de hace 16 años, resulta inequívoco.

La importancia de su físico

También el cuerpo de la esposa del rey Felipe es radicalmente distinto al que lucía al iniciar su relación. El deporte se introdujo con regularidad en su vida cuando llegó a la Zarzuela, pero fue tras el nacimiento de la Princesa de Asturias y de la Infanta Leonor cuando comenzó a convertirse en una "pequeña obsesión" para ella.

El trabajo de su entrenador personal, así como la práctica regular de yoga, han conseguido que Letizia luzca un cuerpo esculpido y muy trabajado, fruto en numerosas ocasiones de conjeturas sobre las excesiva importancia que le otorga.

Paciente e intuitiva

La paciencia es otra de las virtudes que la también madre de la infanta Sofía ha cultivado a lo largo de todo este tiempo, una característica muy necesaria a la hora de ejercer su labor para con la Corona. En su día a día, Letizia atiende numerosos compromisos que, en muchas ocasiones, no son plato de buen gusto para ella. Por este motivo durante sus primeros años pudieron verse algunos gestos algo extraños en ella mientras atendía su agenda, detalles que a día de hoy prácticamente se han erradicado.

Deseosa de ser más que reina consorte

Empeño, implicación y constancia. Estas son las claves de Letizia a la hora de realizar su trabajo, una tarea con la que también ha ido evolucionando año tras año en su afán de convertirse en más que una reina consorte. La esposa del rey Felipe siempre ha sido una mujer trabajadora, y desde su primer día en Zarzuela así ha querido demostrarlo. Su agenda ha ido ganando protagonismo en la Casa Real, sobre todo desde que se convertía en soberana.

Volcada también en su labor social

Feminista, solidaria y comprensiva son otras de las actitudes que ha ido mejorando en su papel como Reina. Como ejemplo a seguir, Letizia tenía la tarea de mostrarse lo más cercana posible a estas tres cualidades, y no cabe duda de que lo ha conseguido con creces. Además de atender su agenda real, ella busca tiempo para implicarse en otras labores con las que convertirse en un icono a seguir, además de apoyar a los colectivos más necesitados. Una faceta que en tiempos de coronavirus se ha visto más resaltada que nunca.

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