Trabajar en Sálvame no es fácil. Eso lo sabemos incluso los que no hemos pisado nunca el plató. Muchas opiniones, muchas informaciones y todos con ganas de levantar la mano y aportar su granito de arena. ¿Cómo hacerse un hueco entre pesos pesados como Kiko Hernández, Kiko Matamoros o nuestra adorada Mila? Pues tratando de aprender lo antes posible. Algo que Antonio Tejado todavía no terminado de asumir. Menos mal que allí estaba Carlota Corredera para ponerle en su sitio.

Artículo recomendado

Antonio Tejado provoca a su exsuegra, Rosa Benito

Antonio Tejado 1

La tarde estaba muy calentita -bueno, ¿cuándo no lo está?-. Jesús Manuel trataba de ofrecer la última información que le había llegado sobre Alba Carrillo cuando, de repente, se encontró con un compañero que no le dejaba avanzar. Sí, era Antonio Tejado. Al colaborador no le había parecido bien lo que estaba contando Jesús Manuel y quiso dejarlo muy claro. “Es una información sucia”, remataba entre los gritos del resto de sus compañeros. Pero, ¿qué estaba pasando?

Al parecer, Tejado se ha implicado mucho en el caso de Alba Carrillo y no le parecía bien la actitud de la ex superviviente. Pero, claro, lo que Jesús Manuel estaba contando era una información, no una opinión, y el programa necesitaba que se escuchase bien, sin interferencias. Fue ahí cuando Carlota Corredera decidió entrar y pararle los pies al colaborador. “Antonio, creo que te lo estamos diciendo todos con cariño”, trató de suavizar la regañina. “No llevas las horas de vuelto que llevamos todos en Sálvame”.

Intenta aprender un poquito de lo que te estamos diciendo”, le aconsejaba Carlota. “Está dando una información, escuchémosla. Cuando tú tengas una información, también te gustará que la escuchemos”. Tejado accedía a lo que se le estaba pidiendo pero con evidentes muestras de disconformidad. No le había gustado un pelo que Carlota tuviese que reñirle delante de todo el mundo. “Confiesa que estás enfadado”, le decía Terelu. “Estás molesto”.

Por suerte, la sangre no llegó al río y Tejado recapacitó enseguida. “A veces se me va la pinza”, explicó. “Cada uno hace los temas suyos, cada uno nos irritamos por lo que sea y nos interrumpimos. Me ha tocado a mí el rapapolvo y no lo he encajado bien”. Menos mal que Carlota, aprovechando la publicidad, le dio el consejo perfecto para poder sobrevivir en Sálvame: “Cuando se está dando una información, no se puede interrumpir al informante y durante las opiniones, ya se pueden hacer chascarrillos”.

No hay nada como tener de presentadora a alguien que ha estado tantos años detrás de las cámaras. Si es que Carlota se las sabe todas. ¡Qué maravilla!