28 de noviembre de 2017, 11:08
¡Boda confirmada! Eugenia Martínez de Irujo: "Muchas gracias a todos por AMBAS felicitaciones"
Los dos enamorados han pasado el cumpleaños de ella en Las Vegas
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Ella confirma que ha habido boda
Felicitaciones, ¡y por partida doble! Y es que Eugenia Martínez de Irujo ha entrado en los 49 años con boda incluida. Los primeros rumores arrancaron cuando la hija de la Duquesa de Alba subió a redes una foto de ella disfrazada de Marilyn en Las Vegas y su chico, Narcís Rebollo, de Elvis. ¿Se habían casado en una boda loca? Acabamos de salir de dudas, y ha sido ella quien lo ha aclarado.
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¡Estalla la bomba!
“Una amiga a la que adoro me ha enviado esta foto, y me ha parecido la mejor para daros las GRACIAS a TODOS por todas vuestras felicitaciones!!!”, y agarraos porque aquí llega lo importante: “Ambas felicitaciones!!!!”. BOOM
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Todo empezó por esta foto
¿Alguien necesita un croquis? Con tan poco, Eugenia ha confirmado algo MUY grande, que no solo ha cumplido años sino que lo ha hecho convertida en alguien casado.
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Doble celebración
En este viaje por Estados Unidos no solo se casado, sino, también, ha soplado las velas de su 49 cumpleaños
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La primera boda de Eugenia
Esta vez no ha habido coronas tamaño familiar, ni mantillas, ni catedrales, como sí que las hubo en su primera boda, la que celebró en 1998 junto con Fran Rivera.
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Nada que ver
Han pasado casi 20 años de aquel ‘sí, quiero’ para que una ‘duquesita’ menos encorsetada, que sabe lo que quiere, más divertida y gamberra se atreva de nuevo a dar tamaño paso.
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El 'bodorrio' de los 90
. Nos alegra que haya sido de esta manera porque no puede ser más diferente de la primera. Ahora no hay posados, solo hay risas. No hay protocolos, solo locura. Ni familias que agradar, solo dos personas enamoradas ¡qué chaladura tan genial!
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Dos mujeres que se ponen el mundo por montera
Con gestos como esta boda improvisada en pleno viaje por la costa oeste estadounidense, la madre de Tana nos demuestra que cada día se parece más a su madre.
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Amar sin cortapisas
Cayetana descubrió que solo haciendo lo que ella verdaderamente quería podía ser feliz, y así hizo. Se puso el mundo por montera, amó a quien quiso y lo hizo a su manera. Como ahora está haciendo su hija. Lo que Eugenia aprendió de su madre es la herencia que más feliz la hará.
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De post-boda
Narcís y Eugenia celebraron su post-boda continuando su viaje por la costa oeste.. Tras Las Vegas les estaba esperando San Francisco
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Narcís, muy integrado
Las vacaciones de verano las pasaron juntos, donde tampoco faltó Tana, hija de Eugenia.
Felicitaciones, ¡y por partida doble! Y es que Eugenia Martínez de Irujo ha entrado en los 49 años con boda incluida. Los primeros rumores arrancaron cuando la hija de la Duquesa de Alba subió a redes una foto de ella disfrazada de Marilyn en Las Vegas y su chico, Narcís Rebollo, de Elvis. ¿Se habían casado en una boda loca? Acabamos de salir de dudas, y ha sido ella quien lo ha aclarado.
“Una amiga a la que adoro me ha enviado esta foto, y me ha parecido la mejor para daros las GRACIAS a TODOS por todas vuestras felicitaciones!!!”, y agarraos porque aquí llega lo importante: “Ambas felicitaciones!!!!”. BOOM ¿Alguien necesita un croquis? Con tan poco, Eugenia ha confirmado algo MUY grande, que no solo ha cumplido años sino que lo ha hecho convertida en alguien casado.
Esta vez no ha habido coronas tamaño familiar, ni mantillas, ni catedrales, como sí que las hubo en su primera boda, la que celebró en 1998 junto con Fran Rivera. Han pasado casi 20 años de aquel ‘sí, quiero’ para que una ‘duquesita’ menos encorsetada, que sabe lo que quiere, más divertida y gamberra se atreva de nuevo a dar tamaño paso. Nos alegra que haya sido de esta manera porque no puede ser más diferente de la primera. Ahora no hay posados, solo hay risas. No hay protocolos, solo locura. Ni familias que agradar, solo dos personas enamoradas ¡qué chaladura tan genial!
Con gestos como esta boda improvisada en pleno viaje por la costa oeste estadounidense, la madre de Tana nos demuestra que cada día se parece más a su madre. Cayetana descubrió que solo haciendo lo que ella verdaderamente quería podía ser feliz, y así hizo. Se puso el mundo por montera, amó a quien quiso y lo hizo a su manera. Como ahora está haciendo su hija. Lo que Eugenia aprendió de su madre es la herencia que más feliz la hará.
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