¡Por fin! Las Campos han hablado con Bigote Arrocet y esto es TODO lo que le han dicho

Unas palabras ‘en clave’ de su pareja, de quien no sabe que ha estado más de una semana ingresada

26 de mayo de 2017, 13:23

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Ocho días. Ocho días ha estado ingresada María Teresa Campos y Bigote Arrocet, participante de ‘Supervivientes’, sigue sin estar al corriente. Y eso que anoche, en la gala semanal, Edmundo pudo hablar con Carmen Borrego, la hija menor de su novia, pero esta no le comunicó nada; solo le mandó un mensaje ‘en clave’ de parte de ella.

“’Morita’ te manda besos”, decía Borrego al finalizar su contacto con Honduras, y Bigote, más rojo de lo que acostumbra a estar en la isla (ya roza el color de un salmonete), respondía mandándole otros tantos. Pero, ¿por qué ‘Morita’? la Campos nació en Tetuán, Marruecos, y al cumplir un año fue cuando ella y toda sus familia se instalaron en esa Málaga suya, que siempre lleva por bandera.

Borrego no intervino con motivo del ingreso hospitalario de María Teresa, y se tuvo que morder la lengua para no contarle nada y respetar tanto los deseos de su madre, como los del propio Edmundo. Carmen lo que quería era leerle la cartilla tras el ‘Expediente Desayuno’, por el que el humorista amenazó a la organización con entrar en huelga de hambre si no le traían un desayuno con huevos y bacon. Él creía que se lo habían prometido, cuando el programa en ningún momento lo había dicho. Os lo explicamos muy bien AQUÍ.

Edmundo volvió a pasar una gala encorvado, con los codos apoyados en los muslos y un trapo cubriéndole la cabeza. Parecía un hijo aburrido de Michael Jackson. De vez en cuando cerraba los ojos y parecía ‘pasar’ completamente de lo que ocurría a su alrededor. Estaba alcanzando el nirvana. No se moja por defender a ningún compañero y eso es algo muy feo. Niguno le ha ‘llegado a la patata’. Ni si quiera alzó la voz cuando escuchó las terriblemente crueles y machistas palabras que Kiko dirigió a Alba Carrillo, a la que 'parecía' tener algo de simpatía, y que la hicieron romperse de dolor y minar su confiaza. Él sí que es el verdadero zombie de la edición.

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