Por mucho que hayas perdido al amor de tu vida y pienses que jamás podrás querer a otra persona, en el amor siempre hay segundas partes. Ha quedado demostrado esta noche en 'First Dates' con Cayetano (67 años), un topógrafo jubilado de Reus, Tarragona. Ha tenido mucha fortuna en cuestiones del corazón. Asegura que encontró a su media naranja. Desgraciadamente, falleció. "Estuve casado 37 años, son muchos, pero mi esposa falleció y aquí estamos. Como mi mujer, no voy a tener a nadie más, eso lo tengo claro. Podemos ser felices con la próxima, si es que tengo, pero nada más", ha dicho con lágrimas en los ojos. Sus palabras han emocionado a Laura Boado.
Pese a todo, Cayetano tiene la ilusión de encontrar a una mujer con la que congeniar y que le devuelva un poco la esperanza a su vida. "Busco una compañía para terminar nuestros días", ha reconocido a las cámaras de 'First Dates'. Sagrario (64 años), una chófer jubilada de Tortosa, Tarragona, no tiene la misma historia que su cita. No ha conseguido dar con ningún hombre que la valore: "Quiero saber antes de morirme lo que es que un hombre esté por ti. Que te diga 'estás guapa'".
A Cayetano le ha encantado tras la primera impresión. Sagrario se ha quedado prendada cuando le ha regalado dos pulseras de Tous. "Es romántico porque con esas pulseras dice que soy la persona con la que quiere unir este hilo rojo", ha comentado a las cámaras de ‘First Dates'. También ha asegurado que lo ve como un "hombre muy normal". Lo ha dicho en el buen sentido, que con los comensales del dating show nunca se sabe. Como Gloria, la comensal que estaba convencida de que su cita era un "simplón".
Mediaset
Las primeras impresiones hacían presagiar que se trataba de una cita prometedora. La cosa ha mejorado aún más durante la cena. Se han dado cuenta de que tienen mucho en común. Comparten su pasión por viajar y ambos tienen mucho tiempo libre. También tienen la misma mentalidad a la hora de compartir la vida con alguien. "Da la sensación de que es muy sincero, me ha gustado precisamente por la sinceridad", ha comentado Sagrario durante la cena.
Todo apuntaba a que dirían "sí" a una segunda cita. Lo que nadie se imaginaba es la emoción con la que Cayetano terminaría la cita. El topógrafo ha acabado la cita igual que la ha empezado, con lágrimas en los ojos de la emoción por conocer a alguien que le ha gustado. ¡Incluso ha habido besos en el fotomatón! No podía llegar a imaginárselo, pero esto demuestra que todo es posible.
"He estado muy a gusto. Nos hemos reído bastante. Soy muy sensible", ha reconocido en la decisión final. "Yo también me lo he pasado muy bien. Es lo que yo quiero, estar bien, reírme. Además, desde el primer momento me ha dado la sensación de que eres un buen hombre, de que eres sincero", le ha dicho. Para comprobarlo, tendrán que tener una segunda cita.