El verano en España siempre ha sido sinónimo de playas llenas, ciudades vibrantes y una explosión de cultura y gastronomía. Sin embargo, el fenómeno del sobreturismo ha alcanzado niveles preocupantes en los últimos años. Según recoge el diario británico Daily Mail, ciudades como Barcelona, Valencia y Madrid, así como enclaves insulares como las Islas Canarias y Baleares, viven una saturación que afecta tanto a los residentes como a los propios visitantes.
Las protestas ciudadanas en Barcelona y las Islas Canarias, junto con las recientes huelgas de trabajadores hoteleros en Baleares, han puesto en evidencia la necesidad de repensar el turismo de masas. Ante este panorama, surge la oportunidad de descubrir destinos menos concurridos, donde la autenticidad y la tranquilidad son protagonistas. A continuación, te proponemos una ruta alternativa por seis lugares de España que, lejos de la masificación, ofrecen una experiencia única y memorable.
Segovia: Patrimonio, historia y tranquilidad
Situada a menos de una hora de Madrid, Segovia es una joya declarada Patrimonio de la Humanidad. Su historia se remonta a la época romana, como atestigua su imponente acueducto, uno de los mejor conservados del mundo. Durante la Edad Media, Segovia floreció como centro comercial y cultural, dejando un legado arquitectónico que hoy fascina a los visitantes.
Qué ver y hacer en Segovia
El Acueducto es visita obligada, pero el Alcázar, con su silueta de cuento, y la Catedral de Santa María, conocida como la Dama de las Catedrales, completan el trío imprescindible. Pasear por el barrio judío, descubrir la Plaza Mayor o perderse en las callejuelas empedradas permite conectar con la esencia de la ciudad. Para los amantes de la naturaleza, la Sierra de Guadarrama ofrece rutas de senderismo y panorámicas espectaculares.
La gastronomía segoviana es famosa por su cochinillo asado, crujiente por fuera y tierno por dentro, que se sirve en los mesones tradicionales. No hay que perderse el ponche segoviano, un postre de bizcocho y mazapán, ni los judiones de La Granja, un guiso contundente ideal para reponer fuerzas.
El Parador de Segovia destaca por sus vistas privilegiadas y su piscina exterior, mientras que pequeños hoteles boutique en el casco antiguo ofrecen una experiencia más íntima y auténtica.
Toledo: Un crisol de culturas junto al Tajo
A solo 30 minutos de Madrid, Toledo es conocida como la Ciudad de las Tres Culturas por la convivencia histórica de cristianos, judíos y musulmanes. Su casco histórico, rodeado por el río Tajo, es un laberinto de callejuelas repleto de monumentos y leyendas.
Imprescindibles en Toledo
La Catedral Primada, el Alcázar y la Sinagoga del Tránsito son paradas obligadas. El Museo del Greco y los miradores sobre el Tajo ofrecen perspectivas únicas de la ciudad. Las tiendas de espadas y damasquinado recuerdan la tradición artesanal toledana.
El mazapán, elaborado artesanalmente, es el dulce estrella. También destacan las carcamusas (guiso de carne y verduras) y las tapas en las tascas del casco antiguo.
Alojamientos con historia
El Hotel Pintor El Greco, en una antigua panadería, y el Parador de Toledo, con vistas panorámicas, son opciones ideales para sumergirse en la atmósfera histórica de la ciudad.
Formentera: Paraíso natural lejos del bullicio
Formentera, la más pequeña de las Islas Baleares, ha sabido preservar su carácter tranquilo y su entorno virgen. Su historia está marcada por la pesca y la agricultura, y aún hoy mantiene un ritmo pausado y hospitalario.
Playas y naturaleza en estado puro
Ses Illetes, considerada una de las mejores playas de Europa, es el principal reclamo, pero calas como Cala Saona y Migjorn ofrecen aguas cristalinas y arenas blancas. El faro de La Mola y los mercadillos hippies completan la experiencia.
El pescado fresco, la ensalada payesa y el flaó (tarta de queso y hierbabuena) son imprescindibles para descubrir la cocina local.
Los agroturismos y pequeños hoteles boutique, como Es Mares Hotel & Spa, garantizan una estancia relajada y en contacto con la naturaleza.
Estepona: Encanto andaluz en la Costa del Sol
Estepona, en la provincia de Málaga, fue un pequeño puerto pesquero que ha sabido reinventarse sin perder su autenticidad. Su casco antiguo, decorado con flores, es un ejemplo de la arquitectura andaluza más pintoresca.
Qué descubrir en Estepona
El paseo marítimo, el Orquidario y la Ruta de los Murales son algunos de sus atractivos. Las playas, menos concurridas que las de Marbella, invitan a disfrutar del sol en un ambiente relajado.
El espeto de sardinas, el pescaíto frito y los vinos de la zona son imprescindibles para saborear el sur.
Alojamientos recomendados
Hoteles boutique y apartamentos turísticos en el centro histórico ofrecen comodidad y cercanía a los principales puntos de interés.
Murcia: Tradición y modernidad en el sureste
Murcia, fundada en el siglo IX, combina su herencia árabe con un vibrante ambiente universitario y cultural. Su catedral y los palacios barrocos son testimonio de su riqueza histórica.
La Catedral de Santa María, el Real Casino y el paseo por la Plaza de las Flores son imprescindibles. El río Segura y los jardines de Floridablanca invitan a pasear y relajarse.
El zarangollo, las marineras y el pastel de carne son algunas de las especialidades que no hay que dejar de probar.
Hoteles modernos en el centro y casas rurales en los alrededores permiten elegir entre comodidad urbana y tranquilidad campestre.
Cádiz: Historia, mar y alegría
Cádiz presume de más de 3.000 años de historia. Fundada por los fenicios, su pasado marinero y su ambiente festivo la convierten en un destino singular.

Vista de Cádiz desde la Catedral.
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Lugares imprescindibles en Cádiz
La Catedral, la Torre Tavira y el barrio de La Viña son paradas obligadas. Las playas urbanas, como La Caleta, y los atardeceres sobre el Atlántico son inolvidables.
El pescaíto frito, la tortillita de camarones y los vinos de Jerez son emblemas de la gastronomía local.
Hoteles con encanto en el centro histórico y hostales junto al mar ofrecen opciones para todos los gustos.